ESPAÑA ENTRA POR EL ARO

El pasado fin de semana, entre los goles de Kaká y la pelea de Fernando Alonso con Lewis Hamilton, se colaron unas chicas vestidas de blanco, que no madridistas, y vinieron a demostrar lo que dentro de unos años algunos valorarán en su justa medida: la Edad de Oro del baloncesto español. El Halcón Avenida de Salamanca se proclamó campeón de la Euroliga femenina, rompiendo la tiranía del Spartak y dejando claro que no hay nada mejor que el trabajo en equipo y el orgullo sobre la cancha para conseguir buenos resultados -porque su escaso millón y medio de euros de presupuesto es calderilla en comparación con las fortunas del Este-. Levantando la copa, dos españolas (Domínguez e Isa Sánchez), MVP de la gran final, otra española, Alba Torrens.

Porque el baloncesto español no se queda en Gasol, Navarro y la ÑBA. Ahí está el Real Madrid en la Final Four de la Euroliga, el Barcelona, el Caja Laboral y el Power Electronic, en cuartos de final, el Cajasol, en la Final Four de la Eurocup... Por no hablar de los innumerables éxitos de las diferentes categorías de la selección española allá donde vayan y compitan, con un sello propio y distintivo.

Dice José Luis Sáez que el triunfo de Halcón Avenida es «un paso más en un año histórico". Yo diría más: este es un año histórico dentro de una época inigualable. Inigualable porque mucho me temo que tras estos años de crisis la bonanza deportiva española no volverá a ser nunca del mismo calibre. Ni en fútbol, ni en tenis, ni en motor, ni en ciclismo...ni en baloncesto, donde ya hemos demostrado de sobra que entramos por el aro.

En el baloncesto, al contrario que en otros deportes, en los que se juega a caballo ganador, el trabajo de base es vital para lograr resultados. De ahí los miles de niños que se forman y educan en las escuelas, el seguimiento exhaustivo que se les hace y las facilidades que se les ofrece para que puedan divertirse, cumplir sus sueños y ayudar a que el baloncesto español siga creciendo, siempre por ese orden.