«Vendo a mi madre»

Que nadie se sienta un ignorante ante semejante obra de arte. Porque esto no hay por dónde cogerlo. El artista gráfico Max Papeschi va a entrar en la historia con la exposición más extravagante que se recuerde. La pieza principal de su colección es su propia madre, a quien va a colocar en un altillo con un cartel de 'se vende' y una nota explicativa sobre «las dimensiones y materiales» de la 'obra'. El precio «será una negociación reservada», explica el artista, un tipo que se adentró en este mundillo con polémicos collages con imágenes de Mickey Mouse con cuerpo de mujer y sobre un fondo con una esvástica gigante o del Papa con la cabeza de Bart Simpson. Vistos los antecedentes, no sorprende tanto la manera en la que Max se quiere hacer notar entre los del gremio: «Estaría dispuesto a vender incluso a su madre con tal de tener éxito, ganar dinero o lo que sea. Es una frase que todos hemos oído centenares de veces. Yo solo he decidido hacerlo de verdad», bromea Papeschi. El que más puje por la buena de Giovanna -que así se llama la 'pieza' y que está dispuesta a lo que sea por que el chiquillo triunfe-, se la llevará. «La condición es que la trate bien. Y que me deje ir a verla cada dos semanas», explica sin poder aguantarse la risa el ingenioso artista milanés. Además de la auténtica, colocará hasta seis reproducciones, media docena de actrices que también sacará a la venta este sábado, cuando inaugure la original exposición. Dice Papeschi que con esta esperpéntica idea quiere llamar la atención sobre «las nuevas generaciones de artistas sedientos de éxito» y como lo que le mueve a él más que el arte es la diversión, va a pasar un rato la mar de divertido grabando las reacciones del público ante la venta de semejante obra. Eso sí, Giovanna, volverá a su casa por muchos millones que le ofrezcan a Max.