La agente literaria Carmen Balcells (izda.), junto a la directora del Cervantes, Carmen Caffarel, tras depositar su legado personal. :: EFE
Sociedad

El hijo olvidado de la 'mamá grande'

Compara el talento del malogrado escritor con el de Joyce y asegura que pagó con su propia vida su desmesurado amor a la literatura Carmen Balcells rescata al 'maldito' Aliocha Coll e incorpora su memoria al legado del Cervantes

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Carmen Balcells, genio y figura. La 'mamá grande' de la literatura española descubrió el enorme cariño y admiración que depara a uno de sus 'hijos', Aliocha Coll, un genial y malogrado escritor «muerto por su amor a la literatura» y que, de haber vivido, sería uno de los grandes de su envidiable nómina. Al olvidado y 'maldito' Aliocha, nacido en 1948, Javier en su DNI y que se quitó la vida en 1990, dedicó Balcells (Lérida, 1930) el sorprendente legado que introdujo en la caja 1.569 de la 'Cámara de las letras' del Instituto Cervantes. La 'superagente' que hizo universales y encaminó hacia el Nobel a García Márquez o Vargas Llosa renunció a su propia memoria y a la de sus pupilos más universales y depositó en el Cervantes un insólito material que recupera la memoria de Coll, «un muchacho genial y extraordinario, superdotado desde niño, con una vocación extraordinaria a la que se entregó con solo siete años», según dijo.

A diferencia de sus antecesores, no habrá que esperar un buen puñado de años para desvelar el contenido del sobre que Carmen Balcells introdujo en la caja. Ella detalló que se trataba de varios libros y traducciones de Coll de Shakespere y Malraux, una foto y el testamento de este olvidado escritor, muerto con solo 42 años y cuyo talento equiparó Balcells al de James Joyce. Dentro de doce meses se abrirá la caja y lo que sí será una sorpresa es la lectura del testamento de Aliocha Coll.

Como el autor del 'Ulises', «Aliocha eligió el camino de la renovación en la palabra, con libros excesivamente vanguardistas para el ciudadano corriente que supusieron una ruptura con el lenguaje», precisó una vital Balcells, que a pesar de sus 80 años y de moverse en silla de ruedas, sigue siendo la indiscutible matriarca de las letras hispanas, el sol del sistema editorial iberoamericano en torno al cual orbitan los planetas y satélites más brillantes.

Reconoció Balcells que Aliocha, formado como médico en Madrid y París, de vida torturada, no es un escritor fácil. «Fue un tipo con un talento extraordinario, aunque no tenga salida en este mercado que es dueño de todo», reconoció. «Mi pretensión es que todo el mundo sepa que este muchacho dedicó su vida a su vocación de escritor» reclamó Balcells, que recordó cómo el editor Eduardo Naval «apreció el valor de un manuscrito suyo muy difícil -'Vitam venturi saeculi', Alfaguara, en 1982- y lo publicó, pero introdujo algunas correcciones pensando que eran erratas, cuando eran sofisticados juegos de palabras, algo que perturbó profundamente a Aliocha».

«Aliocha Coll -rebautizado así en homenaje a Dostoivsky y 'Los hermanos Karamazov'- nunca será defendido por los escritores; la gran labor por él la harán los lectores», concluyó Balcells, que lleva medio sigo como agente literaria y que representa a gigantes de la palabra hispana como García Márquez, Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique, y a los desparecidos Miguel Delibes, Pablo Neruda, Julio Cortázar, Camilo José Celas Cela, Manuel Vázquez Montalbán o Juan Goytisolo.

Carmen Balcells es la decimosexta personalidad que depositaba su legado en la 'Caja de las Letras', la vieja cámara acorazada del banco que hoy ocupa la sede central del Cervantes y que no deja de atesorar un patrimonio de intangibles «retazos de cultura» en las mismas cajas que contuvieron billetes, valores, joyas o lingotes de oro.

Antes que Balcells , y desde 2007, dejaron también su legado para el futuro escritores y cervantes como Francisco Ayala, Antonio Gamoneda, Juan Marsé y Ana María Matute, el mexicano José Emilio Pacheco, el también argentino Juan Gelman y poetas como José Manuel Caballero Bonald y Carlos Edmundo de Ory. También el pintor Antonio Tàpies, la bailarina cubana Alicia Alonso, el cineasta Luis García Berlanga, la científica y académica Margarita Salas, el compositor Cristóbal Halffter o el actor Manuel Alexandre.