Opinion

Los rigores de Hacienda

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La Agencia Tributaria pondrá en marcha este año el Plan de Control Tributario 2011, orientado preferentemente a luchar contra la economía sumergida, así como a detectar a los «falsos autónomos» y a las personas que perciben rentas que no declaran y que al mismo tiempo cobran el paro u otras prestaciones de la Seguridad Social. El plan es complejo e incluye muchas otras actuaciones tendentes a combatir el fraude fiscal, como el control de actividades profesionales a través de los signos externos de riqueza que permitan el descubrimiento de ingresos no declarados y de facturas falsas de IVA; el uso de billetes de alta denominación o la detección de falsas empresas subcontratistas. Toda defraudación fiscal es una inmoralidad que debe ser corregida. Sin embargo, resulta chocante que Hacienda fije sus preferencias en la investigación de los pequeños fraudes y de la economía sumergida -sin la cual abundaría el hambre física- cuando hay tanto trabajo por hacer en la detección del fraude a gran escala que alimenta los paraísos fiscales y que poco tiene que ver con la legión atribulada de nuestros desempleados.