Enrique Soler celebra cada sábado una Eucaristía en el nuevo oratorio del Santísimo Cristo de la Sed. :: JUAN CARLOS CORCHADO
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Jerez tiene Sed de Dios

El Oratorio de las Puertas del Sur se llena cada fin de semanaLa corporación mantiene abierto un oratorio permanente en las Puertas del Sur con el Cristo de la Sed

JEREZ. Actualizado: Guardar
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El reto era enorme. Ir a las Puertas del Sur con la imagen de la Sed, y conquistar una barriada entera. Dicho así, asustaría a cualquiera, menos a Enrique Soler, el párroco y director espiritual del Cristo de la Sed. Un crucificado de enormes dimensiones, un grupo de jóvenes provenientes de otras cofradías y del propio barrio, y poco más. Poco más, porque por no haber ni siquiera existía un templo donde celebrar los cultos, así que las dependencias de Upace hacían las veces de parroquia y casa de hermandad para esta agrupación.

Así que desde hace años este sacerdote trabaja sin descanso en la zona sur de la ciudad, pero desde hace unos meses tiene la inestimable ayuda del Santísimo Cristo de la Sed y Soler, cofrade antes que sacerdote, pero sacerdote antes que cofrade, ya tiene el bastón donde agarrarse cuando las fuerzas flaquean. El Cristo de la Sed duerme en la calle Arquitecto José Vargas, cerca de la rotonda de Europa, y allí acuden cada miércoles y viernes para celebrar eucaristías. Los jóvenes son los encargados de abrir y cerrar el oratorio, un coqueto local que se ha adaptado para disponerlo a modo de capilla, y que se llena con frecuencia de devotos de la imagen que tallara Elías Rodríguez Picón, y se bendijera hace escasos meses en San Miguel.

Ese es el reto. Hacer Iglesia donde no hay iglesia. Expandir, y de qué modo, el cristianismo más allá del centro de la ciudad. Difundir los valores cristianos en una sociedad desraizada. Eso es lo que buscan los cofrades de la Sed, mucho antes que sacar un paso a la calle o celebrar un culto. Cosa que, por cierto, también hacen, ya que la igualá del paso de cristo tendrá lugar el jueves 24 de febrero en las dependencias de Upace. Así las cosas, formación, evangelización y compromiso van de la mano de cultos, inciensos y ceras.

No son hermandad

Es curioso, porque muchos ya le exigen como si fueran una hermandad, cuando la realidad es que todavía les falta un largo camino para llegar a serlo. Apenas cuentan con cuatro años de vida, y la normativa habla de cinco años de existencia real en la parroquia para poder aspirar a ser hermandad. Será por tanto Enrique Soler quien decida cuándo están preparados para afrontar ese salto cualitativo que supone ser hermandad frente a agrupación parroquial, ese escalón insalvable para muchas corporaciones que llevan años trabajando sin descanso en beneficio de la iglesia diocesana. Porque ahí es donde está el eterno problema. Mientras sean agrupación, al ver los objetivos en el horizonte, su principal objetivo será siempre servir a la Iglesia, mientras que una vez conseguidos los fines propuestos, puede que la relajación elimine alguno de los compromisos adquiridos. Esa es la seguridad que todo director espiritual quiere tener a la hora de dar su visto bueno, y en ello trabaja Enrique Soler, gran conocedor del mundo cofrade y de las realidades eclesiales de la diócesis.

Por tanto, abrir el oratorio, y mantenerlo es el primer paso de un crecimiento que debe llevar a la agrupación de la Sed a ser pronto hermandad. Pero no es el único camino, ya que las necesidades son muchas en la zona sur. Pese a su escaso patrimonio actual, será la agrupación la que deba encargarse, poco a poco, de las necesidades económicas de un barrio cambiante y moderno, uno de los destinos elegidos por las parejas jóvenes recién casadas en la actualidad. Una barriada por tanto pendiente de explorar, de conocer, de asumir como propia. Ahí es donde está el principal campo de trabajo de la agrupación, en implicarse de tal manera en el barrio que ya nadie lo entienda sin el Cristo de la Sed. Por eso es tan importante para estos cofrades mantener el oratorio abierto, y dar culto a la talla de Elías Rodríguez.

Pero no es tampoco lo único que preocupa a unos cofrades que no olvidan su compromiso parroquial. El oratorio existe, sí, pero no la iglesia. Y pese a que el párroco tiene ya muy avanzadas las gestiones para hacer realidad la parroquia de San Juan Grande, la agrupación deberá volcar todos sus esfuerzos para conseguir que el templo sea algo más que unos planos sobre papel. Y en el menor espacio de tiempo posible, puesto que poco a poco se le irán quedando pequeñas las dependencias que actualmente posee la parroquia. El nuevo templo, alejado de las fastuosas construcciones que actualmente son inviables, está previsto construirlo con contenedores especiales modulares, que permiten una cimentación menos agresiva y un costo infinitamente inferior a construir de manera tradicional un templo.

Muchos son por tanto los compromisos que tiene la agrupación, que ya contempla la posibilidad de realizar un certamen de marchas procesionales para conseguir ingresos extraordinarios, que complementen las cuotas de asociados. El ritmo de nuevas altas en la cofradía ha crecido de manera exponencial desde la salida procesional del Santísimo Cristo de la Sed el pasado octubre, pero los ingresos por esta partida son a todas luces insuficientes para hacer frente a todas las necesidades que tiene tanto la parroquia como la propia agrupación. Es por ello que la hermandad realiza, siempre en su barrio, todo tipo de actividades que le ayudan a conocer al barrio con mayor exactitud, y que al mismo tiempo nutren las arcas de la agrupación para hacer frente a los gastos que se le acumulan.

Todo vale, por tanto, para dar a conocer a la Sed. Todo vale, mientras haya Sed... de Dios.