El líder del PP, Mariano Rajoy, durante su intervención en la clausura del acto público que su partido organizó ayer en Cáceres. :: EFE
ESPAÑA

«Tanto talante tenía que ha debido decretar el estado de alarma»

Rajoy arremete contra Zapatero por la huelga de controladores y se compromete a rebajar la tasa de paro a la mitad

CÁCERES / MADRID. Actualizado: Guardar
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A Mariano Rajoy nunca le han gustado las apelaciones al talante de José Luis Rodríguez Zapatero, y ayer en Cáceres afirmó que esa característica personal que se atribuye el presidente del Gobierno ha conducido a que haya un estado de alarma por la huelga de los controladores aéreos. «Las gracietas, los chistes, las genialidades, tanto talante y tanta historia nos han traído hasta aquí», manifestó el presidente del PP en un mitin con los candidatos autonómicos y municipales de su partido en Extremadura.

El líder de los populares volvió a hacer equilibrios dentro de la estrategia de arremeter contra el Gobierno por la crisis de los controladores, pero sin tomar partido por los expertos de AENA. Afirmó que Zapatero tuvo que decretar el estado de alarma porque no tenía «otra salida» ante el caos provocado por los controladores en los aeropuertos el fin de semana pasado. Apuntó que el jefe del Ejecutivo tuvo que dar ese paso, por primera vez en la historia de la democracia, porque hizo «tan mal las cosas» que no tenía más remedio. Esa es la consecuencia, agregó, para «quien no se toma las cosas en serio». Lo que hace falta, remató, es «menos chapuzas y más sentido común».

Rajoy denunció que esta crisis ha vuelto a poner de manifiesto que Zapatero cree que gobernar «es lo mismo que ir al bar a tomar un café». Pero el desbarajuste de los aeropuertos, manifestó, no es la única «ocurrencia» del presidente del Gobierno en «la última semana». Ahí están, enumeró, la ausencia de la cumbre iberoamericana de Argentina, los «problemas» con Marruecos, las dificultades en los mercados financieros internacionales y los «nuevos recortes sociales», en alusión a la supresión del subsidio de 426 euros a los parados sin prestación económica, anunciada hace 11 días.

El presidente del PP adoptó un tono profesoral para explicar que gobernar requiere «cinco lecciones». A saber, «decir siempre la verdad»; «austeridad en el gasto público»; «hacer reformas y no vivir de la herencia y la inercia»; «no improvisar»; y «fijar un plan de actuación a corto y medio plazo». Todo lo que no hace Zapatero, resumió.

El líder de la oposición animó a los suyos con la convicción de que esta «mala pesadilla» está a punto de acabar, y así será en cuanto se convoquen las elecciones generales, previstas para dentro de 15 meses. «Ese es nuestro reto», afirmó.

Para lograrlo, invitó a todos, incluidos a los que han votado al PSOE en otras convocatorias electorales, a sumarse al proyecto de «la casa abierta» del PP porque es el de «la sensatez, el del sentido común y el de los gobiernos eficaces». Una invitación que empieza a ser una costumbre en todos los mítines del partido opositor en su afán de rebañar votos de los descorazonados con los socialistas.

Rajoy, además, hizo una promesa. Se comprometió «a bajar la tasa de paro a la mitad» cuando gobierne. Se cuidó, no obstante, de fijarse plazos para dejar en 10% el 20% del índice de desempleo, aunque se mostró convencido de que es posible.