EL TRANVÍA

LA ZARANDA Y LA ADVERTENCIA

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En una semana especialmente densa y complicada por razones que no vienen al caso, el jueves recibimos una de esas noticias que rompen con el tedio, que supone un respiro, un alivio, una inyección de buen rollo inesperado, que es cuando mejor saben estas cosas. Porque tan inesperado como merecido ha sido el Premio Nacional de Teatro concedido a La Zaranda, una compañía jerezana que destaca por su honestidad, su comprometida puesta en escena y el entronque de sus textos con la tradición ibérica del esperpento. El premio del Ministerio de Cultura, dotado con 30.000 euros, ha sido fallado por un jurado presidido por Félix Palomero, director del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem). «Hoy leía que el arte es gratuito pero no barato. Llevo casi 33 años metido en esto del teatro y decía, un poco en broma, que esa es la edad a la te crucifican. Pues mira», resumía emocionado el director de La Zaranda, Francisco Sánchez, el pasado jueves. Agudo.

Mucho menos afortunado ha estado estos días un destacado polític@ de esta ciudad. Ha metido la pata hasta el fondo, aunque, eso sí, se ha cuidado mucho de hacerlo públicamente. Ha venido a decirle a alguien que este medio pagará cara una información publicada recientemente. Bueno, ha sido bastante más bestia en su ¿amenaza? Tanto que me produciría pudor reproducir en estas líneas lo que dijo textualmente. En fin, enésimo episodio que evidencia cómo se manejan algunos en la arena política local. Afortunadamente, son los menos, pero los hay; son los que manchan la reputación de los que ejercen ese trabajo que supuestamente debería estar enfocado al servicio público. Y el lector me permitirá que recurra al punto y aparte para evitar que la sangre me suba a la cabeza con este tema.

No me gustaría cerrar este espacio semanal sin hacer referencia al inicio de las obras de la fábrica de automóviles de Zahav. No cansaré repitiendo las cifras que acompañan a esta inversión, que son mayúsculas. En principio, debería advertirse como un proyecto tremendamente positivo para la ciudad. Para empezar, creará empleo. Y bastante. No lo pongo en duda. Lo que pasa es que uno no acaba de ver claro que se trate de una empresa que fabrica vehículos que no están homologados para venderse en este país y, por tanto, todos saldrán fuera. Me consta, además, que un número significativo de responsables de concesionarios de la provincia no están lo que se dice contentos por razones que supongo que sacarán a la luz llegado el momento, si lo estiman conveniente. En cualquier caso, de antemano debemos darle la bienvenida a Zahav, como a cualquier otro proyecto de envergadura que aterrice en Jerez. Eso siempre debería ser una buena noticia. Hacen falta uno cuantos más para sacar de la depresión a una ciudad con casi 30.000 parados y que, tal como apuntamos en las siguientes páginas, sitúa al desempleo en lo más alto del ranking de preocupaciones.