Al Ayuntamiento no le salen las cuentas

La liquidación de la cuenta general de 2009 era un misterio para la oposición, hasta que ayer el Partido Popular accedió al documento colgado en la página web del Ministerio de Hacienda y desgranó algunas perlitas que evidencian que el Ayuntamiento continúa en una carrera imparable de números rojos. Lo primero que hizo la líder del PP de Jerez, María José García-Pelayo, fue quejarse abiertamente sobre el hecho de que su partido haya conocido los números a través del Ministerio y no de manos del propio ejecutivo municipal, que debería habérselos facilitado como fecha límite el pasado 15 de mayo.

Una circunstancia que interpretan los populares como «una falta total de transparencia» y «un veto y censura del gobierno local hacia la oposición para ocultar lo evidente, como es la caótica situación económica». Una buena prueba de ello es el déficit con el que, según García-Pelayo, se cerró el pasado ejercicio y que alcanza la cifra de 30 millones de euros «a pesar del plan de saneamiento y de los planes de viabilidad».

Concretamente, aseguró que sobre la previsión inicial de ingresos con la que contaba el Ayuntamiento se produjo un desfase de nada menos que 61 millones; es decir, una cantidad que nunca llegaron a percibir las arcas municipales pero que sí estaban presupuestadas. Así, se dejaron de ingresar 27 millones menos de lo esperado en concepto de ventas, especialmente de suelo; 20 millones menos por tasas; siete millones menos en ingresos patrimoniales; seis millones menos por subvenciones corrientes de otras administraciones y 1,6 millones menos por impuestos indirectos.

Frente a ello, el Consistorio gastó 14 millones de euros más de lo previsto, ocho de ellos en concepto de personal y otros cuatro en gasto corriente y no productivo. Por contra, se percibió más de lo presupuestado en un principio en lo que se refiere a impuestos directos, de tal forma que se ingresaron 76 millones de euros frente a los 68 millones iniciales. «Los ciudadanos han hecho un verdadero sacrificio -sentenció la popular-, porque el peso de los ingresos han sido los impuestos y sin embargo en el Ayuntamiento han seguido gobernando como si nadaran en la abundancia».

Según el plan de saneamiento, como recordó, el gasto corriente estaba cifrado en 45 millones de euros y se llegó a la cifra de 49.

Pérdidas en empresas

Mención aparte merece la situación de las empresas municipales, que tampoco parecen levantar cabeza y terminar de sanear sus cuentas. De los seis organismos, en la actualidad cinco presentan déficits (sólo se salva la Empresa Municipal de la Vivienda, Emuvijesa) y en 2009 superaron los seis millones de pérdidas. «En 2004, cuando nosotros nos fuimos del gobierno, sólo dos de las seis empresas tenían pérdidas, y ahora han alcanzado un déficit de 29,9 millones de euros desde que llegó el PSOE».

En lo que respecta a la deuda con los bancos, García-Pelayo apuntó que de los 87 millones que se debía a las entidades, la Administración local desembolsó únicamente 1,2 millones, lo que supone apenas el 1,4% del total. «A este ritmo de pago -vaticinó-, se tardarían 70 años en liquidar la deuda». Tampoco quiso pasar por alto el débito con los proveedores, que llega a los 360 millones de euros, más los 42 que según ella están sin reconocer como recoge el plan de viabilidad.

En 2008, la cifra fue muy parecida ya que se cerró el ejercicio con un déficit de 31 millones de euros, frente a los 30 de 2009. Por ello, desde el PP piden medidas más contundentes puesto que lo llevado a cabo hasta el momento no ha arrojado los resultados que se esperaba. Así, piden la ejecución de un plan de saneamiento «realista y que se cumpla a rajatabla».

En esta petición se incluye el que se dé una mayor cobertura al resto de partidos políticos, para que tengan un protagonismo y una presencia activa en el cambio. «Hay sacar al Ayuntamiento de esta situación entre todos -sentenció-. Y con la mayor transparencia posible, porque si no supone un golpe bajo a la democracia». Por último, exigió que la alcaldesa ofrezca las correspondientes explicaciones de por qué ha fallado el plan de viabilidad, solicitando que se les dé una oportunidad para proponer y participar en el cambio.