El Córdoba pierde hasta el brillo

Un Córdoba atenazado por la necesidad de ganar, tras sus fracasos en las tres primeras jornadas, se ahogó frente a un Xerez crecido después de haberse liberado del mismo lastre una semana antes. Lo más duro es que, esta vez, el conjunto blanquiverde se mereció el castigo, a diferencia de lo que le sucedió en los encuentros previos. La escuadra de Lucas Alcaraz fue una nebulosa. Ni propuso bien lo que hacía correctamente el año pasado ni tampoco lo que más destacaba en ésta.

No hubo capacidad para contragolpear y tampoco soltura para dominar la posesión del balón y desplegar un buen juego ofensivo. El Córdoba fue decepcionante. El aderezo que estropeó aún más la tarde se llama defensa. Transmite una inseguridad y un nerviosismo reprochable.