Uno de los técnicos de Aula 3 examina los artefactos sumergidos en agua con sosa cáustica. :: C. C.
SAN FERNANDO

La rehabilitación de los cañones del puente Zuazo durará dos años

Cultura confirma que atenderá la petición del Ayuntamiento de exhibir las piezas en el parque que se pretende construir en la zona

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Hace 200 años se repartían por las diferentes baterías defensivas que cubrían el puente Zuazo. Precisamente se considera que las 17 piezas encontradas podrían haber sido apiladas en la batería del Caballero Zuazo aledaña al puente, donde se construyeron diversas defensas a finales del siglo XVIII y que adquirieron protagonismo en 1810 con la llegada de las tropas napoleónicas. Tras siglos de olvido, enterrados en el fango, los cañones recuperados el pasado septiembre del caño de Sancti Petri son hoy cuidados con celo. El objetivo es que vuelvan a mostrar su imponente figura y por ello están siendo sometidos a un exhaustivo tratamiento en una nave del polígono de Fadricas.

Bajo la atenta mirada de técnicos de la empresa gaditana Aula 3, los cañones se enfrentan a un proceso pionero en España, al ser la primera vez que se intentan rehabilitar tantas piezas a la vez. No en vano y según estimaciones de la Junta los trabajos se prolongarán durante los próximos dos años. Aunque el plazo no es definitivo ya que cada arma (que pesa entre 1.500 y 2.500 kilos) presenta diferentes síntomas de deterioro que dilatan o reducen el programa preparado para su rescate.

Todos han superado ya la primera fase basada en la ubicación -en cajas adaptadas a su tamaño- y la limpieza mecánica, a través de microcinceles para eliminar la concreción (la parte externa y calcificada que cubre el cañón). Para evitar que la degradación se acentúe, las piezas están continuamente sumergidas en una disolución de agua mezclada con sosa cáustica. Es el procedimiento que se sigue cuando se tratan de objetos subacuáticos.

En la actualidad, se encuentran sometidas a un tratamiento electrolítico (descomposición de un cuerpo producido por la electricidad) para obtener la estabilización y consolidación del metal.

Una vez finalizado este proceso los cañones serán sometidos a la inhibición y neutralización de la superficie del metal, a través de una serie de óxidos que permitan su conservación ante las inclemencias del tiempo. Por último, se realizará la protección final con una capa de cera microcristalina. Un laborioso proceso necesario ya que la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, confirmó ayer en una visita a la instalación, que se atenderá a la petición del Ayuntamiento de San Fernando para colocar la mayoría de las piezas de artillería en el parque que se pretende construir en el entorno del puente Zuazo, una vez hayan terminado las obras del tranvía y sea peatonailizado el lugar.

El resto se repartirán por diferentes museos provinciales si bien no se dio ninguna cifra al respecto. El delegado de Obras Públicas, Pablo Lorenzo, y el alcalde de la ciudad, Manuel María de Bernardo, también acudieron para comprobar el buen ritmo al que avanzan los trabajos.