Mercedes Gallego compartirá su experiencia en Haití con los gaditanos esta tarde en la APC. :: LA VOZ
ENTREVISTA

«La atención mediática hacia las catástrofes es cada vez más corta»

La corresponsal en Nueva York de Vocento hablará esta tarde en la APC sobre el papel de los medios en las tragedias mundialesMercedes Gallego Periodista

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La vocación le viene desde bien pequeñita. Cuenta que en su casa no abundaban los libros, pero tenía una biblioteca particular, la pública itinerante que estacionaba cerca de su casa en Jerez. A los once años, Mercedes Gallego decidió crear su propio periódico con algunos pliegos de papel, una máquina de escribir y sus propias fotografías. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que lo suyo no era la edición, sino la corresponsalía de guerra. La periodista gaditana, que esta tarde visita la Asociación de la Prensa de Cádiz para ofrecer una conferencia sobre Haití, asegura luchar todos los días contra el olvido que sufren los pueblos devastados por las catástrofes mundiales, que tras algunos meses de cobertura mediática son ignorados por la comunidad internacional.

-Su ponencia se titula 'El periodismo ante la tragedia', donde lanza una especial mirada al terremoto de Haití. ¿Cómo lo hicimos los periodistas en este caso?

-Lo cubrimos bien. Conseguimos que 140 países se volcaran y enviaran ayuda humanitaria, más que con el tsunami de Indonesia. Los medios de comunicación son los que movemos a la opinión pública, así que tenemos esa responsabilidad. Pero tengo que decir que también lo hicimos mal, en el sentido de que hemos olvidado al pueblo haitiano y allí la gente sigue sufriendo. Por eso hago este ejercicio contra el olvido. Llevo muchos años viendo a la gente en estos países devastados suplicándonos a los periodistas que no nos marchemos, porque saben lo que ocurre después. Nuestra atención hacia este tipo de tragedias es cada vez más corta. Pasamos de una a otra.

-Pero eso no ocurre tanto en materia de política nacional, ¿no es así? Muchas personas se quejan de que los temas que generan polémica y atraen la mirada mediática son siempre los mismos...

-No me había parado a pensarlo pero es verdad. En cuestiones políticas se van repitiendo los temas. Al contrario que con las catástrofes y las guerras. Hay teorías psicológicas al respecto que indican que nuestro cerebro no puede asimilar el dolor ajeno que tiene lugar a largas distancias. Nos acostumbramos a él y nos inmunizamos.

-¿En qué situación se encuentra Haití ahora?

-Eso me recuerda a la pregunta que le hizo hace poco un compañero a una señora haitiana. Él le preguntó si ahora se vivía mejor allí y ella le contesto: 'Hombre, se vive mejor ahora que se han llevado los cadáveres y ya no huele a muerto'. Desde abril que se inició la temporada de lluvias, los campamentos improvisados están hundidos en el barro. Y ahora empieza la temporada de huracanes. En una situación tan precaria como la de este pueblo, un aguacero representa riesgo de muerte. Se calcula que entre 20.000 y 40.000 personas están en peligro de morir ahogados o sepultados por los derrumbes.

-Las ayudas internacionales, ¿son cada vez mayores o se van mermando con los años?

-En el caso de Haití ha habido compromisos internacionales de aportar 11.500 millones de dólares en diez años pero de los fondos destinados en un principio para este año sólo se ha concedido el 57%. Muchos países ante la crisis que padecemos de lo primero que recortan es de su presupuesto para cooperación. Si el objetivo era destinar 0,7% del PIB a ayuda al desarrollo, nos hemos quedado en un 0,5%. Si se perdonara la deuda externa a África, lo que estos países del tercer mundo pagan de intereses serviría para que 300 millones de niños vivieran más de cinco años.

-¿Qué papel han de ejercer los medios de comunicación?

-La evolución mediática es negativa. Cada vez hacemos más sensacionalismo que información. La opinión pública consume y demanda eso. Es culpa de la sociedad. La gente debería exigir otro tipo de información. Para las empresas, lo importante siempre será vender. Eso sí, los medios tenemos que tener más responsabilidad social.

-¿Cuáles han sido los conflictos o tragedias que le han calado más hondo en estos últimos años?

-La guerra de Irak y el terremoto de Haití. En el segundo caso, a lo mejor es porque lo tengo más reciente. De todas formas, el pueblo haitiano me ha impresionado mucho, tiene una fuerza y una serenidad... Quizás se deba a que llevan 300 años de sufrimiento perpetuo y no a que estén hechos de otra pasta. En el caso de Irak, se debe a que perdí allí a tres amigos. Además, fue una guerra que caló en la opinión pública como no lo había hecho ninguna hasta entonces. Ahora, ya no se habla de Irak, la guerra de moda es Afganistán. Esto es contra lo que debemos combatir. Las modas pasajeras deberían afectar a los pantalones de campana, no a los conflictos bélicos.

-Aunque la situación sigue siendo terrible en Irak, a los Estados implicados les interesará que esta nueva guerra desvíe la atención sobre el otro conflicto, ¿no es así?

-No les interesa hablar de Irak porque es un fracaso para los Estados que participaron.

El papel del cine

-Han proliferado en estos años películas sobre la guerra de Irak, la última 'En tierra hostil', la gran triunfadora de los Oscar. ¿Qué opina del papel que tiene el cine para criticar las actuaciones en este tipo de conflictos?

-En el caso del cine la memoria histórica se lleva a cabo con retraso. Las películas sobre Vietnam vieron la luz casi tres décadas después de que acabara. Los periodistas escribimos el primer borrador de la Historia y podemos decir que el cine haría el epílogo. Muchos de sus protagonistas, están ya muertos.

-Hay películas y también series como la alabada 'Treme' sobre cómo Nueva Orleans se recupera del Katrina, otra tragedia que también cubrió. ¿La conoce?

-No la conozco, suelo ver sobre todo informativos por televisión y algo de cine. Pero la buscaré. Cinco años después todavía en Nueva Orleans hay edificios derruidos y hay muchísimos ciudadanos que no han podido regresar a sus casas. En muchos casos se han derribado en lugar de reconstruirlas. Aun así, en mi opinión, el cine y la televisión están todavía muy lejos de ser realmente críticos.