EMPORIO DEL ORBE

CÁDIZ CIUDAD ABIERTA

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De nuevo, el run run del corazón gaditano y no el de la canción de Rosarillo y Estopa. De nuevo una reunión que destaca que en materia de turismo nos movemos casi de un modo visceral y quizá no acertadamente. En esta industria que vende ocio, cultura y gastronomía, entre otras muchas cosas, se dice que tenemos poca determinación y previsión en objetivos y resultados. Aun así, y una vez más, sale a relucir la tradición fenicia de la ciudad y se invoca al espíritu del emprendedor, como clave imprescindible para afrontar la ocasión única que se nos avecina. Hace unas semanas en Cádiz, la ministra Aido, en un fantástico y bien articulado discurso, hablaba de la necesidad de economías valientes que incluyesen al conjunto de la ciudadanía como valor. Reclamaba economías igualitarias y solventes en las que se primase la capacitación, las aptitudes y el conocimiento. Posiblemente sea tan sólo mi impresión, pero sospecho que desde hace tiempo estamos rondando sobre lo mismo y que en este mes, al que casi damos el carpetazo, he oído a demasiadas voces, más o menos autorizadas, redundar sobre el tema. Tenemos las claves, tenemos la hoja de ruta y pese a ello cogemos caminos secundarios. No podemos avanzar ni sentar bases de futuro mientras siga siendo noticia que los comercios del centro de la ciudad cierren o abran al mediodía ante la visita de los cruceristas, y desde luego no es la única solución, como postula algún líder del comercio, que nos pongamos madroñeras para recibir a los turistas en el muelle. La respuesta no está en el viento, la tienen algunas empresarias y algunos emprendedores de la ciudad. Una pista; tan sencillo como subir a la cámara oscura de la Torre Tavira a otear el horizonte.