El buque Oceana con 1.980 turistas atracó ayer en el puerto de Cádiz para que el pasaje pudiera disfrutar de los encantos y comercios de la ciudad. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Los cruceristas se decantan por pasear por el casco antiguo a gastarse el dinero en él

Los comercios gaditanos optan por retrasar la hora de cierre del mediodía con la esperanza de captar a los viajeros rezagados

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Ante la decepción sufrida por los comerciantes del casco antiguo debido a los escasos ingresos que obtuvieron de la oleada de turistas a finales del mes de abril, parece que comienza a surgir un pequeño atisbo de esperanza. La mayoría de ellos optaron por olvidar las intensas jornadas vividas días atrás y decidieron seguir con la rutina diaria y mantener sus respectivos horarios.

La encargada de L'occitane manifestó ayer su malestar por las pasadas jornadas «ya que estuvimos la plantilla al completo en la tienda y no repercutió en las ventas». Es más, cree que el Ayuntamiento debería haberse implicado más para tratar de impedir que se fueran a otras ciudades; «alzaron la voz para que nos mantuviéramos abiertos al mediodía y qué menos que hubiesen organizado algún acto para llamar su atención».

Esta opinión no es compartida por el presidente de Cádiz Centro Comercial Abierto (CCA), Juan Tovar, quien manifestó «que se está haciendo un buen trabajo en colaboración con el Consistorio, los comercios, el puerto y la Asociación de Agentes Turísticos».

Ante la falta de compras que se dio a finales de abril y de la que algo se recuperaron los comercios en el día de ayer, Tovar advirtió que «no hay que dejarse engañar por el número de pasajeros que traiga cada barco, hay que fijarse en la calidad». Así explicó que los italianos y los alemanas suelen dejar más dinero que otros turistas.

Un poco más adelante de la calle Columela, la tienda de accesorios Bijou Brigitte no cerró a la hora de comer, como viene haciendo todos los días desde que abrió. En media mañana habían hecho casi el doble de caja que otro día normal, es más, al filo del mediodía iban en camino de alcanzar las mismas ventas que durante los últimos días de abril. Aún así, la crisis está presente «ya que antes compraban para llevarse regalos y ahora si acaso, se detienen en algo que les gusta especialmente para ellos», comenta la encargada de esta tienda de accesorios. Cerca de la plaza del palillero, detrás del mostrador de una tienda de souvenir se mira con resignación a la calle. «Aquí pasa mucha gente, un ir y devenir constante, pero pocos compran, si acaso una postal o un imán».

Un horario marcado

El horario de los barcos actúa en contra de estos comerciantes. Es el caso del Costa Mágica que arribó esta mañana al puerto gaditano con 4.613 tripulantes y cuya salida estaba prevista para las seis de la tarde. Para evitar quedarse en tierra tienen que estar una hora antes y esto hace que comerciantes y turistas no se pongan de acuerdo.

Desde la Unión de Comerciantes de Cádiz, su secretario general explica que «se está haciendo un esfuerzo por adaptarnos a ellos ya sea abriendo antes los establecimientos o cerrando un poco más tarde de lo habitual». Esto es precisamente lo que se hizo en el día de ayer en la tienda de regalos Paula Domínguez ubicada en la calle Compañía. Desde detrás del mostrador señalan que «normalmente me voy a las dos pero siempre depende de si hay trabajo o no». En el día de ayer, su establecimiento tuvo mayor afluencia y mayor número de ventas que otros días.

Sin embargo los que si están notando esta afluencia masiva de turistas son los bares del casco antiguo. Para David, encargado del restaurante La Catedral, «es preferible que vengan dos barcos a cuatro cinco porque el turista viene más relajado y con menos prisas. La semana pasada, cuando se creía que iba a haber el boom que no fue, no esperaban y querían todo rápidamente».

En cuanto al gasto, David señaló que en la plaza de la Catedral se ve de todo ya que «está el que viene por el capuchino solamente, otros que sólo piden la cerveza y hay quien se anima a por la tortillita de camarones y el pescaíto gaditano».