Gordon Brown anuncia ante la puerta del 10 de Downing Street que abandona el liderazgo de los laboristas. :: REUTERS
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Brown se inmola en la puja por los liberales

El aún primer ministro dimitirá en otoño para facilitar un pacto con Clegg mientras Cameron le tienta con un referéndum sobre el sistema electoral

LONDRES. Actualizado: Guardar
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Gordon Brown ofreció su cabeza y el Partido Conservador ofreció un referéndum sobre un nuevo sistema electoral en el intento de los dos partidos tradicionales del sistema británico para formar una coalición con los liberaldemócratas, que quedaron en tercer lugar en el recuento de los votos de las elecciones celebradas el pasado jueves.

El laborista Brown anunció su dimisión retardada -dejará su puesto en octubre tras la elección de un nuevo líder en la conferencia otoñal de su partido- como manera de hacer posible la formación de una coalición progresista.

Tras pasar largas horas reunido con asesores y pesos pesados del Gabinete, el aún primer ministro llegó a la conclusión de que para evitar la firma de un acuerdo de gobierno entre conservadores y liberaldemócratas debía conceder la primera exigencia que Nick Clegg le había ya planteado el viernes: su marcha.

Brown la anunció al mismo tiempo que confirmaba que el líder liberal le había pedido la apertura de negociaciones para formar un Gobierno de coalición, a pesar de que durante el día de ayer liberales y conservadores ofrecían signos de que sus negociaciones avanzaban hacia la presentación inminente de un acuerdo y a pesar también de que una coalición 'lib-lab' no tiene la mayoría en la Cámara de los Comunes y tendría que pactar con nacionalistas escoceses y unionistas norirlandeses.

El abanico de la política británica se abría ofreciendo un cambio más profundo. La coalición progresista que, según los liberales, tendría como objetivo durar todo el mandato, debería ofrecer un referéndum escocés sobre la independencia, garantizar la ya polémica subvención central a las instituciones autonómicas compartidas de Irlanda del Norte en un momento de recorte general del gasto público y modificar profundamente el sistema electoral.

Este asunto se ha convertido en la clave de la formación del futuro Gobierno británico. Ningún partido tiene mayoría absoluta y el empeño de los conservadores en formar una mayoría estable con los liberales estaba chocando con la indefinición de los compromisos para cambiar el sistema mayoritario.

Modelo de voto alternativo

Ante la dimisión a plazo de Brown y el anuncio de la apertura del diálogo entre liberales y laboristas, William Hague, que actúa como portavoz del equipo negociador de los conservadores, salió de una reunión de parlamentarios de su partido a los que el líder David Cameron explicaba el estado de las negociaciones para ofrecer a Clegg la celebración de un referéndum sobre la reforma electoral.

Un Gobierno 'tory'-liberal convocaría a la población a decidir sobre si mantiene el actual sistema -en el que se elige diputado a quien obtenga más votos en una circunscripción- o adopta el de 'voto alternativo', en el que se elige en cada circunscripción al candidato que obtenga más del 50% de los votos, pero si ninguno los suma hay que tener en cuenta las segundas preferencias de los votantes.

Por el primer sistema, que adjudicó los escaños en las elecciones del jueves, la distribución fue: conservadores 307, laboristas (258) y liberales (57). Por el segundo modelo, el resultado hubiese sido: 'tories' 281, 'labour' (282) y liberales (79).

La inmolación de Brown abría en la noche de ayer la posibilidad, más compleja por la composición del Parlamento, de que esta oferta final de los 'tories', que harían campaña en ese referéndum en contra del cambio y en favor del mantenimiento del actual sistema, no sea suficiente.

Clegg calificó la marcha postergada del primer ministro como «un elemento importante». Es una parte de lo que será necesario para llegar a la llamada coalición arcoiris o del semáforo, porque, tras la oferta conservadora los laboristas podrían ofrecer la opción querida por los liberales, el sistema proporcional y con preferencias que se aplica en Irlanda y que, de estar vigente, hubiese permitido sumar 162 escaños a los liberales.