Economia

El BCE defiende el euro y desactiva los temores de contagio griego

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, confrontado a la peor crisis que atraviesa la Unión Monetaria y Económica en sus once años de existencia, se vio obligado ayer a enviar desde Lisboa un crucial mensaje destinado a defender la estabilidad del euro y a desactivar, al mismo tiempo, los temores a un contagio de la crisis griega a otros países.

«Grecia y Portugal no están en el mismo barco, lo que resulta obvio si se observan las cifras y los hechos. Portugal no es Grecia y España tampoco es Grecia», afirmó el presidente del BCE. Trichet también descartó con firmeza una suspensión de pagos en Grecia -«está fuera de cuestión», recalcó- y afirmó que el Consejo de Gobierno de la institución no se había planteado la posibilidad de comprar bonos emitidos por los países que integran la zona euro, una medida anticrisis recomendada por los expertos, ni la necesidad de crear un mecanismo que facilite el impago gradual de la deuda en la eurozona. Pero Trichet dejó abierta la posibilidad de nuevas medidas y destacó que el BCE se mantiene en alerta permanente. «Somos capaces de adoptar las medidas apropiadas incluso si no son convencionales», afirmó, pero evitó dar más detalles.

Tareas a los estados

Trichet impuso varias tareas a los países de la zona euro como condición para asegurar la estabilidad del euro y devolverle la tranquilidad a la Unión Monetaria. Antes que nada, urgió a los países miembros a adoptar reformas estructurales para fomentar un mayor crecimiento y empleo. «Los gobiernos deben tomar decisiones que mantengan el equilibrio fiscal. Los programas amplios y las reformas estructurales profundas harán aumentar la confianza pública y supondrán un apoyo al crecimiento sostenible», dijo. «Todos los países tienen que hacer lo que se les ha pedido y seguir un rumbo que les conduzca a la estabilidad a medio plazo», insistió.

La dimensión de la crisis griega y el peligro de contagio a otros países de la zona euro desplazó a segundo plano la decisión monetaria mensual del banco. Como todo el mundo esperaba, el Consejo decidió mantener inalterados en el 1% los tipos de interés, un nivel apropiado según el Banco, que supone que la institución no piensa modificar su política monetaria en los próximos meses.

El Consejo de Gobierno del Banco también constató que la recuperación económica en la zona euro continuó en los primeros meses de 2010, aunque admitió que la recuperación podría ser moderada y desigual en cada estado.