Cameron visitó de madrugada un mercado de pescado. :: AFP
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La incertidumbre gana en las urnas

La disparidad entre los sondeos y la indecisión de muchos votantes impide que ninguno de los pronósticos pueda ser considerado fiable

LAND'S END. Actualizado: Guardar
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Los electores británicos acuden hoy a las urnas para dilucidar quién formará el Gobierno que se enfrente a un profundo recorte del gasto público y una grave crisis económica sin que los sondeos hayan ofrecido un pronóstico fiable sobre el resultado de los comicios.

Las encuestas publicadas ayer ofrecen resultados dispares. Según ComRes, que ha dado en su serie histórica mayores ventajas al Partido Conservador que otras muestras, el partido de David Cameron ganará tanto en el porcentaje de votos -con una ventaja de ocho puntos sobre los laboristas y de once sobre los liberaldemócratas-, como en escaños (289-258-75), que sugiere la formación de un Ejecutivo 'tory' minoritario. En la publicada por YouGov, que acertó exactamente los porcentajes de voto en la reñida elección del alcalde de Londres y consulta a su muestra por Internet -dándole agilidad para producir rápidas y frecuentes encuestas-, los porcentajes (35%-30%-24%,) darían más escaños a los laboristas (288) que a los conservadores (261). Los liberaldemócratas quedarían con 72 diputados.

A la incertidumbre que arrojan estas cifras hay que añadir otros factores que la aumentan. Según los encuestadores hay muchos electores indecisos, lo que ha forzado a los líderes a agotar hasta los últimos minutos de la campaña.

Cameron pasó toda la noche del miércoles al jueves despierto, visitando a trabajadores de turnos nocturnos, en lo que presentó como un gesto de que su partido no da nada por hecho y de que está dispuesto a emplear toda su energía para gobernar.

El segundo aspecto es que cerca de 500.000 personas se han registrado para votar que antes no lo estaban. Una buena parte son jóvenes que habrían mostrado su deseo de ir a las urnas en el momento en el que el líder liberaldemócrata, Nick Clegg, cambió el tono de la campaña al elevar las cotas de su popularidad por encima de las de los otros candidatos tras el primer debate televisivo.

Pero el auge del tercer partido en discordia parece haber remitido en la medida en que ha resultado obvio que para favorecer el programa de reforma electoral que Clegg considera una prioridad es necesaria una coalición de laboristas y liberales que posiblemente sólo pueda darse si el partido de Brown es, al menos, el segundo partido con más votos y el primero en escaños.

Sorpresa

Un tercer factor es el desconocimiento general sobre el efecto que habría tenido una larga campaña conservadora, financiada por multimillonarios miembros del partido, que en los últimos años se ha concentrado en las circunscripciones más disputadas de algunas regiones de Inglaterra, en particular en las comarcas centrales del oeste, que incluyen áreas en torno a la segunda ciudad más poblada del país, Birmingham.

Algún sondeo y también políticos conservadores han sugerido que los partidarios de Cameron tienen mejores perspectivas en la intención de voto de electores en esas circunscripciones llamadas 'marginales' que en los porcentajes que las empresas de sondeos obtienen de muestras nacionales. Si se confirma ese dato, los conservadores pueden tener una mayoría absoluta y la incesante especulación sobre un Parlamento sin mayoría puede desvelarse como una pérdida de tiempo.

Las televisiones BBC, ITV y Sky, que transmitirán programas especiales de la noche electoral, han contratado con el coste compartido un gran sondeo que harán público poco después del cierre de los colegios, a las once de la noche, hora española. En las últimas elecciones, en 2005, el sondeo realizado por la BBC acertó exactamente el resultado.

La noche electoral británica es una obra de teatro. Los candidatos, incluidos los que aspiran a ser primer ministros, esperan el resultado en aquellas circunscripciones por las que se presentan, donde, tras el recuento, que puede extenderse hasta altas horas de la madrugada, un funcionario contratado por la Comisión Electoral, que es responsable de la organización de los comicios, lee los resultados y proclama al vencedor como diputado.

Ministros de un Gobierno derrotado y diputados que aspiraban al estrellato político, han de comparecer a horas muy tardías felicitando a un rival que difumina sus ambiciones. En los estudios de televisión se combinan estas imágenes con los comentarios de políticos y analistas que analizan la evolución y con los cálculos de escaños que se proyectan según el sistema electoral mayoritario.