«La economía del Ayuntamiento es de guerra»

La alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, se enfrenta en estos momentos a dos crisis importantes. Una es externa, la que sufren el Ayuntamiento y la ciudad por la nefasta coyuntura económica. La otra es interna, en su propio partido a nivel local y en el seno del equipo de gobierno que lidera. Muchos ponen en duda incluso que vaya a ser la candidata para las próximas elecciones municipales, ya que aunque ha sido respaldada por el presidente de la Junta, no será al menos hasta junio cuando se confirme esta realidad.

Por ello tienen mucho significado las declaraciones de la primera edil en una entrevista con Efe: «Me gustaría verlo acabado (en relación al proyecto de gobierno que lidera en Jerez); me haría ilusión volverme a presentar» como candidata a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales.

Pilar Sánchez reconoció que la presente legislatura está siendo «dura», aunque «el ciudadano está viendo un gobierno valiente» y con un proyecto que «necesita cuatro años más».

En cualquier caso, la regidora se postula así como cabeza de lista ante las alternativas barajadas por el partido debido al desgaste que ha sufrido su figura. Los nombres que siempre han sonado han sido los del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, y la diputada Mamen Sánchez.

Confirmación en junio

Será en el próximo mes de junio cuando finalmente la formación desvele, de forma definitiva, el nombre del candidato, que salvo sorpresa mayúscula será Pilar Sánchez, teniendo en cuenta la norma de que «a los alcaldes los quita el pueblo, no el partido».

La alcaldesa se refirió ayer también a otros muchos asuntos, especialmente a la crisis que asfixia las arcas municipales. No se puede olvidar que el Ayuntamiento de Jerez atraviesa una grave coyuntura económica porque cada año debe pagar 114 millones de euros de nóminas y sus ingresos totales son de 85 millones. Una situación que, admitió la munícipe en la entrevista, le obliga a adoptar una «economía de guerra».

En este sentido, hizo hincapié en que el Ayuntamiento ha pedido un adelanto de la Participación de Ingresos Estatales para pagar los sueldos de marzo a los funcionarios y ha tomado medidas como la destitución de 17 de sus 18 asesores.

«La economía es de guerra, aquí no se gasta en nada, nadie viaja, nadie tiene gastos de protocolo», declaró la alcaldesa, que afirmó que su gestión ha sido «intachable»: «Cuidamos el dinero al céntimo».

Precisamente, el asunto de los viajes de la alcaldesa junto a su marido y ex jefe de gabinete, Juan Carlos Jiménez, ha sido uno de los más criticados, sobre todo durante la primera parte de la legislatura. Respecto a los gastos de protocolo, ha sido una de las grandes armas arrojadizas de la oposición.

La regidora explicó que la destitución de asesores -entre los que estaba su marido, que dimitió- es «un gesto» y «un sacrificio» para «abonar el terreno para mover otras piezas», más que una solución al problema de una plantilla de funcionarios «sobredimensionada».

Así, aclaró, como ya ha hecho en anteriores ocasiones, que esta situación la hereda porque con gobiernos predecesores «mucha gente se coló por la gatera».

Con este «gesto» pretende también zanjar las críticas que ha recibido por contratar a sus asesores y, especialmente, por nombrar a Juan Carlos Jiménez jefe del gabinete de Alcaldía. Algo que le ha valido innumerables reproches de la oposición y de los ciudadanos.

En ese puesto, según la alcaldesa, su esposo ganaba «180 euros más» al mes que en su anterior ocupación de escolta como miembro de la Policía Local, que ganó por oposiciones hace 16 años.

«Cuando llegué al Ayuntamiento en el año 2005 dije que si ésta fuera una empresa privada, hubiera estado en bancarrota y en causa de disolución. Tenía saturadas las posibilidades de endeudamiento financiero y un informe de la Cámara de Cuentas de Andalucía decía que el 74 por ciento de las operaciones que hacía Urbanismo eran irregulares», afirmó Sánchez.

Época de «vacas gordas»

Durante su gestión ha dicho que se ha tirado como se ha podido «en la época de vacas gordas, cuando no había crisis». Una etapa en la que, asegura, se ha liquidado parte de la deuda, sobre todo la viva -la contraída con bancos y entidades financieras-, que entre 2008 y 2009 bajó siete millones de euros, según un informe de Economía.

Pero con la llegada de las «vacas flacas» los ingresos del Consistorio por conceptos como tasas se han reducido y es «más difícil que nunca» afrontar los 114 millones de euros anuales para pagar las nóminas de los funcionarios. A ello hay que sumar además los sueldos de los trabajadores de las subcontratas.

Por último, la alcaldesa recordó que las partidas municipales han bajado un 16 por ciento sus gastos, pero no ha sido suficiente. Además, tras el fracaso del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), ha sido necesario buscar otras soluciones.