Editorial

Tragedia en Polonia

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Polonia quedó ayer conmocionada por la que se ha calificado ya de la mayor tragedia padecida por el país tras la Segunda Guerra Mundial. El accidente aéreo en el que perecieron el presidente Lech Kaczinsky y toda la delegación que le acompañaba dejó al país sin respiración. El accidente descabeza además al Ejército, cuyos principales mandos viajaban en el aparato, y supone un último y macabro tributo de la matanza soviética de Katyn, en la que fueron asesinados miles de militares polacos y a quienes los fallecidos trataban de homenajear en el 70 aniversario. Durante su mandato y aunque el cargo de presidente le confiere poderes casi representantivos, Lech Kaczinsky supo forzar al máximo sus prerrogativas en política exterior para plantear serios problemas a Bruselas, aunque siempre fuera para la UE el 'hermano bueno' frente a su gemelo y ex primer ministro, Jaroslav. Su ausencia, al igual que la de los responsables políticos, económicos y militares fallecidos supondrá una importante merma para la vida pública de Polonia y una dolorosa herida, pero no obstaculizará su progresión democrática y la consolidación de su integración europea.