Antonio López salta con el portuense Joaquín en un lance del encuentro. :: REUTERS
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El Atlético regresa a la élite

Los rojiblancos se clasificaron tras superar a un Valencia aletargado que sólo despertó en los últimos minutos de un choque aburrido El Liverpool será el rival de los madrileños en semifinales de la Liga Europa

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Atlético vuelve a sentirse grande. Los rojiblancos se clasificaron para las semifinales de la Liga Europa gracias al valor doble de los goles tras empatar a cero en el Calderón ante un Valencia entregado. El conjuntó ché no presentó batalla más que en los minutos finales y tuvo un justo castigo por su apática actitud. Los madrileños se verán las caras con el Liverpool. Todos presagiaban un partido loco, vibrante y con goles. El encuentro de ida en Mestalla (2-2) así lo presagiaba.

Salvo un tiro del Kun a los dos minutos, el resto de la primera parte fue para olvidar. Los locales disfrutaron de la posesión del esférico sin sacarle beneficio. Los 'colchoneros' impusieron un ritmo lentísimo -el Atlético es el equipo con más partidos a sus espaldas- del que se contagió el Valencia. El Atlético mostró una tranquilidad y un control del tiempo desconocido hasta ahora. Con un rigor táctico destacable, sin Perea, es decir, sin regalos defensivos, y con un Raúl García trabajador y con pegada, los rojiblancos apenas sufrieron. De Gea fue un espectador de lujo y vivió uno de sus partidos más plácidos desde que custodia la portería 'colchonera'. Aunque cuando el equipo le necesitó, cumplió.

En la segunda parte cambió el partido porque el Atlético lo quiso. Los locales decidieron poner algo de fútbol sobre el césped y encerraron a un aletargado Valencia. Forlán dispuso de una ocasión clarísima al quedarse solo ante César, pero su vaselina salió fuera. El veterano guardameta se convirtió en el mejor de su equipo al evitar varios tantos. Los rojiblancos eran los dueños y señores del encuentro, pero les faltó pegada.

Emery intentó que sus pupilos reaccionaran. Dio entrada a Zigic y Vicente para revitalizar su inerte ataque. Y lo consiguió más por miedo del Atlético que por presión o empuje valencianista. Los locales dieron un paso atrás y la consecuencia fue un final agónico. Villa se topó con el larguero en una ocasión de las que el internacional español no suele fallar. Después apareció De Gea para dejar su sello y sacar dos cabezazos de Zigic y David Navarro. El gigante ariete serbio puso en aprietos a los rojiblancos, e incluso sufrió un penalti que el árbitro no señaló. El Valencia lo intentó a la desesperada, el Atlético aguantó el chaparrón de última hora y consiguió una clasificación histórica.