Sociedad

Parece que fue ayer

CRÍTICO TEATRAL Actualizado: Guardar
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Rafael Azcona escribe la 'El pisito' allá por el año 1957 a raíz de un suceso ocurrido en Barcelona en el que un joven contrae nupcias con una anciana para heredar su derecho a alquilar la casa que le subarrienda la mujer. Después de convertirse en guión en 1959, ésta obra salta a la gran pantalla con éxito de la mano del inclasificable Marco Ferreri. Alrededor de los años noventa, Azcona se plantea la relectura de algunas de sus obras debido a la censura que les acompañó en los años de creación. Entre 2002 y 2005, la versión teatral de 'El pisito' ve la luz. Pese a que en la obra subyacen matices que nos remiten a una sociedad caduca en la que los roles hombre-mujer se sobreponen a toda acción, esta obra se hace de golpe actual e incluso cruel, debido a la crisis en la que nos encontramos sumidos. Los personajes de ésta tragicomedia de amor e inquilinato, están inmersos en una problemática socioeconómica que orienta todas sus decisiones y retrasa sus anhelos. (¿Hay algo más parecido a los tiempos que vivimos?) Desde luego, si no fuera por las adversidades de la economía global que estamos padeciendo, ésta obra estaría llena de polvo y no tendría relevancia alguna.

Para el bien del público asistente al Teatro de las Cortes, las actuaciones de todo el elenco son correctas; aunque sin duda destaca la interpretación, el temple y la presencia de la experimentada Asunción Balaguer. La dirección de Pedro Olea es eficaz aunque muy simple, lo que articula muy bien es un reparto en el que todos los roles encajan estupendamente con las características y el potencial de cada uno. Se agradece mucho que no hubiese estridencias ni efectismos, o parafernalias innecesarias. La fragmentación de la escenografía es sugerente aunque no parece encajar muy bien con el total de la propuesta estética; aún así, hay que valorar el riesgo asumido. La funcionalidad de los cuerpos y bastidores móviles ayudan eficazmente a los cambios de decorado y a la dinámica en general.

Finalmente hay que reconocer la labor del Ayuntamiento de San Fernando que tuvo a bien recordar la efeméride del Día Mundial del Teatro. No estaría de más que otros tomasen nota de este detalle.