Discutible subida del IVA

La discusión sobre la idoneidad o no del incremento del IVA a partir del próximo 1 de julio ha dado lugar a una confrontación partidaria tan enconada que corre el riesgo de cegar el debate de fondo. El pronunciamiento del Congreso ayer, favorable al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, no zanja la cuestión. Ni el Gobierno puede estar tan seguro de que la medida sirva para compensar la caída de la recaudación en el corto y medio plazo, ni la oposición puede convertir el IVA poco menos que en un tema tabú. El brusco incremento del déficit público, como consecuencia de una caída de la recaudación que no fue suficientemente prevista en las cuentas públicas, invitaba al Gobierno a apurar las posibilidades que podía ofrecerle el incremento de la presión impositiva. En este sentido parecía evidente que, en términos de competitividad, el IVA podía ofrecer el margen más amplio de actuación, dado que la mayoría de los países de la UE cuentan con tipos generales superiores al 16% vigente hoy en España. Sin embargo, hay dos aspectos que concitan buena parte de las dudas y discrepancias que se expresaron ayer en el Congreso, y que están presentes en el parecer de los expertos y en la inquietud pública. En primer lugar, a tres meses vista de la fecha de aplicación de la subida del IVA puede constatarse que no se ha avivado el consumo, ni siquiera ante la previsión de que en el segundo semestre los bienes serán más costosos. En segundo lugar el incremento previsto, debido al carácter indirecto del impuesto, podría afectar negativamente a la recuperación de la economía española, perjudicando a los sectores sociales más modestos. Parece claro que el argumento crítico que goza de mayor anuencia es, precisamente, el de la fecha prevista para el incremento del IVA. Una fecha que partió de una previsión ciertamente optimista, suponiendo que a lo largo del primer semestre de 2010 se activaría el consumo. Pero mientras los hechos del segundo semestre del año dan y quitan razones, ha de prevalecer el principio de legalidad. No hay que olvidar que si España cuenta con un tipo general de IVA notablemente inferior a la media europea, el problema a afrontar en cualquier caso es que los españoles somos los europeos que con mayor facilidad sorteamos la obligación de pagar este impuesto.