Otra arma requisada. :: A. V.
Ciudadanos

Navajas y 'tranquimazín' para salir de copas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Hay quien debajo del disfraz no llevaba sólo la cartera, las llaves o el tabaco. Entre las decenas de personas que fueron identificadas hubo a quien le requisaron navajas de grandes dimensiones, picos para romper cristales; además de las consabidas papelinas de coca, los trozos de hachís y hasta tranquimazín. El portador de este medicamento fue sorprendido cuando pasaba pastillas a otro joven en Plaza de España.

Estos jóvenes armados son los peligros potenciales de la noche y rara vez, como indicaban ayer desde la Policía, llevan estas armas «de paseo». Sirva de ejemplo una joven, vestida de pantera rosa, a la que le intervinieron una navaja. Minutos antes una chica pidió ayuda a la UPR porque la había visto esgrimiendo «el juguetito». Cuando verificaron sus datos personales, supieron que era «una artista» del robo con intimidación; golpes perfectos para cometerlos entre una masa de jóvenes tocados por el alcohol.

Además de los lanzadores de botellas y los armados, otra 'tribu' de esta noche de Carnaval son los gamberros que la toman contra todo aquello que se encuentran a su paso. Pocos contenedores se mantuvieron en pie en el casco antiguo de madrugada. La basura que antes contenía fue esparcida por las aceras para hartazgo de los vecinos. Tampoco los coches aparcados en la Lonja, a las afueras de la ciudad, se libraron de la rotura intencionada de retrovisores. Pero la gamberrada más peligrosa ocurrió en calle Ancha después de las 05.00 horas. Alguien tuvo la ocurrencia de introducir un contenedor en un portal y prenderle fuego en el interior. Si no hubiera sido sofocado a tiempo, quizás esta crónica hubiera sido otra.