Sociedad

El hijo del 'narco' Escobar quiere reconciliarse con las víctimas de su padre

El documental 'Pecados de mi padre', que se estrena hoy en España, retrata la vida del delincuente desde un prisma más familiar

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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«Pido perdón por lo que hizo mi padre, quiero acercarme a las víctimas con la intención de pedirles perdón y comprender que no deberíamos continuar prolongando el odio». Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar, el jefe del cártel de Medellín que puso Colombia al borde de la guerra civil en los años ochenta, protagoniza 'Pecados de mi padre', filme dirigido por Nicolás Entel, que se estrena en 45 salas de toda España este fin de semana .

El documental, que fue premiada en el Festival de Sundance, pretende ser una herramienta para la paz y la convivencia en Colombia. «Uno de los objetivos era reencontrarme con los hijos de dos de las víctimas de mi padre: el ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y el entonces candidato a la Presidencia, Luis Carlos Galán», afirma Marroquín, que desde que murió asesinado su padre vive en Argentina, bajo protección y con un nombre falso.

«Queríamos compartir nuestra vida con otros jóvenes para que se comprenda y no se repita», señala. «He vivido toda la vida en peligro, porque hay quien no entiende que nadie puede heredar ni los delitos del padre ni sus responsabilidades. Es un ejercicio que hacemos todos para evitar heredar estos odios y círculos de violencia que se dan en Colombia», añade.

El filme retrata la figura de Pablo Escobar, pero desde la óptica de su hijo Sebastián y su viuda María Isabel Santos. Marroquín cuenta la historia de su extraordinaria niñez, creciendo con un padre a quien quería, pero sabiendo que era el enemigo número uno de Colombia. Relata tiempos de extraordinario lujo y extravagancias, y otros de huidas. Sebastián y su viuda comparten sus archivos privados y escondidos durante mucho tiempo.

A pesar de que a Escobar se le atribuye ser el responsable directo o indirecto de la muerte de más de 4.000 personas, su hijo tiene otras imagen de su padre. «Pero el narcotráfico te lleva a un mundo que no puedes dominar. Medellín mantiene vigentes los mismos índices de violencia. Deberíamos analizar por qué se sigue dando ese clima fértil para la violencia que no hemos sido capaces de sanar», señala.

«Soy consciente del daño que causó mi padre al país y a la humanidad. Lo que aprendí de esta historia es que no creo que la violencia sea el camino. No concibo la idea de que venimos al planeta a hacernos daño», añade. Por ello, entiende que con la película «apuesta fuerte por la paz en su país». «Arriesgo mucho, pero vale la pena por la paz de Colombia», apunta.

Marroquín recuerda que discutía mucho con su padre, que le llamaba su hijo pacifista. «Le cuestionaba como hijo por su violencia indiscriminada», afirma. Y añade que aprendió mucho de su progenitor: «Si quiero vivir, tengo que hacer todo lo contrario a lo que hizo él». «Siempre supe que no quería acabar como mi padre», remata.