El Club Náutico de La Casería clama por una salida para garantizar su futuro

Mirar al mar. Era la frase socorrida que se ha utilizado, sin importar el color del partido al que se perteneciera, a la hora de hablar de las posibilidades náuticas de San Fernando. Tanto unos como otros siempre han coincidido en sus programas electorales en la necesidad de utilizar las capacidades de navegación y deportes acuáticos que presenta la ciudad y fomentarlas. Pero luego en inversiones no se ha cumplido con la palabra dada.

Un ejemplo es el Club Náutico de La Casería, cuyos responsables no entienden que no se destine ninguna partida a pesar de que el Ayuntamiento cuenta con un remanente de Tesorería –es decir dinero que se ha ahorrado de otras partidas como por ejemplo rebajas en actuaciones– de más de dos millones de euros.

Piden un montante que permita dragar la zona para garantizar la supervivencia de las instalaciones después de que el fango acumulado impida la navegabilidad.

Es más, desde la entidad se entiende menos aún que se vayan a invertir 500.000 euros en el club Náutico de Gallineras y la creación de la sede –que es otra demanda histórica– cuando ellos están amenazados con tener que abandonar el lugar ya que las embarcaciones solo pueden salir y entrar en las horas de marea alta, las únicas en las que existe suficiente volumen de agua en el canal para permitir que los bancos puedan circular y, por tanto, acceder a su atraque. Una realidad que hace que el club carezca de sentido, puesto que el fango que se acumula en el lugar cada vez es mayor y dificulta más la navegación.

Es por todo ello varios miembros del Club Náutico de La Casería realizarán una retirada simbólica de fango y una concentración para protestar por la falta de interés municipal ante este problema. Actualmente el equipamiento cuenta con unos 300 socos, además de 20 puestos de trabajo que, según responsables de la entidad, corren peligro, ya que si la situación continúa no se podrá evitar el cierre.

De esta manera, se pregunta, si es que al actual equipo de Gobierno no le importa que se «vayan a perder esos puestos directos más los indirectos relacionados con las instalaciones». Además de poner sobre la mesa las inversiones que ya se han realizado en el lugar y que por tanto no servirán para nada si finalmente se cierran las puertas. Es el caso de los 734.000 euros que se abonaron para la puesta en marcha del dragada inicial o los 682.000 euros que costaron los pantalanes «que ahora se están partiendo y que por tanto no servirán para nada».

Ante ello se ha decidido realizar la protesta que comenzará a las 10.30 horas y con la que pretenden conseguir una mayor atención municipal a sus reclamaciones, puesto que si el fango continúa avanzando obligará al cierre de estas instalaciones náuticas que albergan además la Escuela Municipal de Vela.