Las cuatro planchas de acero, en el desierto qatarí. / Richard Serra

Richard Serra, a la conquista del desierto

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Caminar por el desierto de Qatar y encontrarse con cuatro estructuras monumentales debe ser una experiencia muy similar a la que Kubrick dibujó en '2001: Una odisea en el espacio', cuando los homínidos se daban de bruces contra el monolito y, entonces, lo entendían todo. Denominada 'East-West/West-East', la obra pertenece al escultor Richard Serra, artífice de las gigantescas planchas de acero que alberga en su interior el Museo Guggenheim de Bilbao. Extendidas a lo largo de más de un kilómetro de yermo, sus dimensiones, que discurren entre los 14,7 y los 16,7 metros de altura, asustan

Serra toma de nuevo el acero y lo lanza a la conquista del desierto. El material se oxidará de la misma manera en que lo hicieron sus anteriores trabajos -comenzará con un color gris y despues pasará por diferentes tonallidades: naranja, marrón y ambar oscuro-, aunque quizá a una velocidad mayor debido a las condiciones atmosféricas de la Reserva Natural Brouq en la que se instala la obra, cerca de Zekreet, al oeste de Qatar, a unos 60 kilómetros de la capital, Doha.

La inauguración de estas piezas coincide con la primera exposición individual del artista en Oriente Medio, que tendrá lugar en dos espacios simultáneamente: el Al Riwaq Doha Exhibition Space y la QMA Gallery en Katara. Se trata de la segunda intervención de Serra en Qatar, que ya levantó '7', hasta ahora su pieza de mayor tamaño, una torre de acero corten que se situó en la bahía de Doha, en el parqe del Museo de Arte Islámico (MIA), creado por el arquitecto Yeoh Ming Pei.

El escultor se muestra muy agradecido a los qataríes, según explica en el 'New Yorker', pues le han dado la oportunidad de trabajar en proyectos gigantescos que no hubieran podido concebirse en ningún otro sitio. En este sentido, Serra deja claro un distanciamiento de los aspectos sociopolíticos que afectan al país: "Yo vengo aquí a trabajar. Eso es lo que hago".

El estadounidense ha hablado también sobre las condiciones de trabajo en el desierto. "El desierto es un lugar misterioso", explica quien ha tenido que lidiar con más de una tormenta de arena. "Allí te haces muy consciente de la hora del día, de la temperatura, del viento y de la arena". Serra espera que el 'East-West/West-East' se convierta en un punto de referencia, de la misma manera que '7' se ha convertido en "un destino" para los residentes de Doha. "Estoy seguro que la gente va a ir a pie o en coche a ver las piezas", afirma. Tiempo seguro que van a tener: "¿Cuánto tiempo durarán los pedazos? Nadie lo sabe", dijo. "Pero creo que estas piezas tienen una buena vida útil", concluye.