Minnesotta recupera el olfato de Ricky Rubio

Una jauría de lobos desorientados. Esa es la paradoja que ha asolado a los Timerwolves desde que la rodilla de Ricky Rubio se partió el pasado marzo tras un choque fortuito con Kobe Bryant. A pesar de contar con el líder de la manada, el poderoso Kevin Love, a la franquicia de Minnesota le faltaba el olfato del base del base de El Masnou. Su sustituto, Luke Ridnour, ha cubierto un expediente notable en lo que al apartado ofensivo se refiere, pero el equipo ha echado en falta en más de una ocasión la picaresca del catalán, un director de juego que, por lo visto en su regreso, no ha sufrido merma alguna en su talento para olisquear a su presa y dirigir a sus compañeros para que se abalancen sobre su rival.

Ricky Rubio volvió a hacerlo. Nueve meses después de su lesión volvió a sonreír. Saltó al parqué en la recta final del primer cuarto con su equipo perdiendo por 18-28. Lo hizo acompañado por un gran ovación de la parroquia local, que se puso en pie poco después de que Rubio cruzase las muñecas para pedir el cambio. El debut del español en esta temporada se alargó durante un total de 18 minutos, que bien podían haber sido más si no fuera por la marcial restricción impuesta por los servicios médicos del club, que quieren que su vuelta a las canchas sea progresiva. Poco después de tocar balón, ya forzó una falta y anotó los dos tiros libres. A partir de ahí, un rosario de logros estadísticos que se tradujeron en ocho puntos (seis de ocho en tiros libres y uno de cuatro en tiros de dos), tres robos y cuatro rebotes.

Fue además el mejor pasador de la noche con una marca de nueve asistencias. Una de ellas entró en las mejores jugadas de toda la jornada. El catalán desplegó toda su magia para dar un pase entre sus piernas, que se colase en un hueco de la defensa rival y llegase a las manos de Gregg Stiemsma para que anotase la canasta.

Los 281 días de calvario acabaron con una victoria por 114-106, después de una prórroga que el barcelonés pudo haber evitado si llega a redondear la noche con un triple en el último segundo. Nikola Pekovic se puso el traje de héroe ante la ausencia del ‘all-star’ Kevin Love por un proceso febril. El montenegrino anotó 21 puntos para liderar a los de Rick Adelman, que sumaron su cuarto triunfo consecutivo para colocarse en segunda posición en su división.

«Al cien por cien»

El regreso de Ricky Rubio no convierte al equipo en un candidato al anillo pero refuerza su mejor cara. La madrugada del domingo, por ejemplo, su presencia sirvió para cambiar la cara gris que el conjunto había mostrado en los primeros minutos ante un público eufórico. «Es increíble la manera cómo me han recibido los aficionados y luego el regalo de conseguir la victoria en la prórroga», comentó Rubio tras el partido.

Sobre su estado físico aseguró encontrarse «fenomenal» y no haber sentido «nada» en la rodilla. También afirmó que cree «estar al cien por cien», aunque matizó haber sufrido molestias en otras partes del cuerpo tras tanto tiempo de inactividad. «Estoy convencido que vamos a hacer cosas grandes esta temporada con este equipo», auguró.

El pasado año, antes de su lesión, Minnesota tenía balance positivo de victorias (21-20) y a partir de ese momento perdieron cuatro de cada cinco partidos que disputaron. Un dato que también fue mencionado en la avalancha de ‘tuits’ que inundaron internet y que colocaron al base, en varios momentos de la noche, en uno de los temas más comentados de Twitter.

Marc, nuevamente colosal

Aunque Ricky Rubio acaparó la mayor parte de titulares de la jornada, Marc Gasol también realizó un destacado papel en la victoria de los Grizzlies de Memphis frente a los Jazz de Utah por 86-99. El pívot de Sant Boi se hizo grande en la pintura para ayudar a su equipo a romper una racha de tres derrotas consecutivas.

Anotó 16 puntos y cogió ocho rebotes en 32 minutos de juego siendo el complemento perfecto a su compañero bajo los aros Zach Randolph, que se lució con 25 puntos y 16 rebotes.