Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario Europeo de Competencia. / Efe
españa ante la crisis

La banca nacionalizada deberá reducir su tamaño en un 60%

Las entidades nacionalizadas tendrán cinco años para cumplir las exigencias

BRUSELAS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Comisión Europea ha aprobado las duras reestructuraciones de los cuatro bancos nacionalizados que recibirán dinero del fondo de rescate de la zona euro. Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia (NCG) y Banco de Valencia deberán reducir hasta un 60% su tamaño, dejar de financiar promociones inmobiliarias y restringir a la mitad su red de sucursales, lo que implicará miles de despidos. Además, los accionistas y titulares de preferentes, muchos de ellos pequeños ahorradores, tendrán que asumir fuertes pérdidas. En total, los ajustes están valorados en alrededor de 10.000 millones.

Los cuatro bancos nacionalizados por el Gobierno recibirán a cambio de los sacrificios un total de 37.000 millones. Esta cantidad se transferirá en las próximas semanas en el marco del rescate bancario solicitado por el Ejecutivo al resto de miembros de la zona euro. La entidad que más dinero captará será Bankia con 18.000 millones, justo el doble de lo que se destinará al reflotamiento de Catalunya Caixa. Los socios de la moneda única inyectarán montantes menores en NCG (5.500 millones) y Banco de Valencia (4.500). Esta última firma ha sido adquirida por la Caixa, una compra que ha garantizado su salvación porque la Comisión la consideraba "inviable".

El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha detallado en Bruselas las condiciones de las reestructuraciones. A su juicio, las ayudas que recibirán las entidades son "enormes", aunque se sitúan por debajo de las necesidades detectadas en los test de estrés llevados a cabo durante el verano. Almunia ha insistido en que los "exigentes" requisitos son necesarios porque los contribuyentes de toda Europa realizan un gran esfuerzo al prestar los 37.000 millones a una serie de entidades que ya habían disfrutado de otras inyecciones públicas.

Los cuatro bancos deberán aplicar los ajustes en cinco años. En ese tiempo, cerrarán la mitad de sucursales con respecto a la red que poseían en 2010. Almunia ha reconocido que la reducción de plantilla será inevitable, aunque ha señalado que las entidades ya han acometido procesos de este tipo en los últimos ejercicios. El comisario ha remarcado que los responsables de esta situación no son Bruselas ni el Gobierno, sino los "gestores" que han provocado el desplome de las firmas. En cuanto a la posibilidad de que el Ejecutivo comunitario reclame el uso del despido con 20 días para abaratar las reestructuraciones, ha enfatizado que sus exigencias no llegan tan lejos.

Topes en los sueldos

En diciembre de 2017, fecha en la que culminará la remodelación de las entidades, todas ellas ofrecerán una imagen bien distinta. Bruselas impone que vuelvan a su negocio tradicional del crédito a particulares y a pymes. Nada de financiar la promoción de viviendas porque, según Almunia, han demostrado que no saben calcular los "riesgos". Siguiendo la misma tesis, los bancos deberán ceñir su ámbito de actuación a su zona geográfica histórica. En el caso de NCG y Catalunya Caixa, el comisario ha recordado que el Gobierno se ha comprometido a venderlas en los próximos años. En caso contrario, Bruselas reclamará su liquidación ordenada.

Las inyecciones comunitarias también implican un fuerte control de los sueldos de los directivos. Almunia ha señalado que se empleará "estrictamente" la normativa española en vigor. De esta manera, el salario de los ejecutivos tendrá un tope de 300.000 euros al año sin posibilidad de que perciban bonus. Los consejeros, por su parte, tendrán limitados sus ingresos a 50.000 euros. En los próximos años, las entidades no podrán realizar ningún tipo de adquisiciones ni hacer publicidad de que han recibido dinero público.