Señorita Moneypenny. / Archivo
MUNDO BRITISH

Fleming tenía su señorita Moneypenny

Cincuenta años después del primer Bond, la exsecretaria del creador de 007 recuerda su relación cercana y afectuosa con el escritor

MADRID Actualizado: Guardar
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James Bond está más de moda que nunca: el personaje de Ian Fleming acaba de cumplir 50 años y su próxima película, ‘Skyfall’ (que se estrenará en España el 31 de octubre), es, según la prensa británica, la mejor de la saga. Por eso, cualquier noticia relacionada con el agente 007 vuelve a llenar las portadas. La última exclusiva llegó a los kioskos la semana pasada. Tras años de silencio, medio siglo exactamente, la señorita Moneypenny de Ian Fleming, la que faltaba por hablar, contó su propia historia.

Fleming pudo inspirarse para dar forma a la señorita Moneypenny en Mary Trueblood (llamada Una Trueblood para los más allegados), una joven que fue la secretaria personal del creador de James Bond durante su etapa como director del londinense ‘The Sunday Times’. Mary ya ha cumplido los 80 años y los periodistas del mismo diario para el que trabajo la han localizado con el objetivo de preguntarle por su relación con el insigne autor.

No está claro que la señorita Moneypenny fuera el trasunto de Una Trueblood, pero en cualquier caso, Mary Trueblood fue una persona que conoció muy de cerca al creador de 007. “Era una persona buena y generosa”, explica la exsecretaria a ‘su’ periódico, ‘The Sunday Times’. Y recuerda una anécdota para explicar que Fleming, más allá de ser un jefe exigente (y a diferencia de otro genio británico de la época, Alfred Hitchcock, un dictador), también sabía que sus empleados tenían una vida personal. “Un viernes por la noche alguien me obligó a quedarme en el trabajo sin que hiciera falta. Fleming averiguó quién fue y le echó una buena bronca”, cuenta Trueblood.

También ejercía Fleming un aura protectora sobre su ‘Moneypenny’. “En una ocasión”, recuerda la exsecretaria, “vino el escritor americano Raymond Chandler a visitarlo y Chandler me invitó después a ir a tomar algo con él. Se lo dije a Fleming y él le hizo ver que no era una buena idea, pero fue de tal manera que ninguno de nosotros se sintió incómodo”.

Trueblood guarda con especial cariño los libros de James Bond que Ian Fleming le dedicó con una frase personal. La que más ilusión le hizo fue la siguiente: “A Una, que escribió todos los libros”. Y es que los dedos de la exsecretaria también forman parte de la historia de 007.