Maite, el día de su bautizo. / T. Curado
DESAPARECIDOS

«Quiero saber qué pasó el día que nací»

Maite es una víctima de la trama de bebés robados, ahora la Fiscalía ha reabierto su caso

MADRID Actualizado: Guardar
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Maite Beranguer nació el 23 de octubre de 1960 en Euskadi. Ahora sabe que esa fecha puede ser ficticia al igual que lo ha sido su identidad hasta que supo que ella podía ser un bebé robado. Con doce años su padre le confirmó que era una niña adoptada mientras que su madre se lo negaba. «En mi casa hablar del tema era tabú. Cuando nacieron mis hijos mi madre seguía negando mi adopción por miedo a que sus nietos la rechazaran», confesó Maite. Para esclarecer y aportar ayudas en los casos de bebés robados que existen en España se creó SOS Bebés Robados, una asociación con delegaciones repartidas por todo el país. Además, ofrece cobertura legal a madres que un día no le dejaron coger en brazos a su bebé e hijos que no pudieron sentir el calor de su madre biológica.

Fue desde la asociación cuando Maite empezó a sospechar sobre su caso. Desde SOS le recomendaron que pidiera una partida de nacimiento, y descubrió lo que se temía. «En esa partida de nacimiento consta que soy hija biológica de mi madre cuando mis padres me confirmaron que era adoptada», aseguró Maite. Sus dudas marcaron en aquel momento un proceso de lucha y de búsqueda para averiguar quién es su madre y que pasó el día en que ella nació. Con la partida de nacimiento en sus manos, Maite solicitó, de la misma manera, la fe de bautismo en la basílica de Begoña (Bilbao). «Me pusieron muchos obstáculos para darme la documentación por lo que tuve que inventarme que me casaba otra vez. Mi sorpresa fue que en la partida pone que mi bautismo fue el día 30 octubre, seis días después de mi nacimiento. Sin embargo, las fotos de mi bautizo corresponden a un bebé de seis meses».

A raíz de ese momento su investigación se hizo más ardua hasta llegar a la persona que podía despejar todas sus dudas, la matrona. Felisa García asistió el parto del que nació Maite y firmó su partida de nacimiento. «Me he podido poner en contacto con mi matrona, Felisa García Burgos y con un tono frío me contestó que todo lo había hecho bajo la legalidad. Miente», explicó Maite.

Después de varios meses, la fiscalía ha reabierto su caso que fue archivado la primera vez que presentó la denuncia. «Es importante que los casos no caigan en el olvido. Tengo derecho a saber de dónde vengo». Aunque se muestra una mujer fuerte, en la lucha por averiguar sus raíces, se emociona al imaginar cómo sería el momento en el que encuentre y consiga abrazar a su madre biológica. «Cada día de mi vida sueño con ese momento, espero ansiosa la llamada que me lleve a ella. Quiero saber que pasó exactamente y poder disfrutar de mi madre de verdad».

No es un caso aislado

Pero el caso de Maite no es aislado. Flor Díaz es la presidenta de la asociación SOS Bebés Robados en Euskadi y busca a su hermano que supuestamente nació muerto. «A mi madre le dijeron que nació muerto. Sin embargo, en el archivo municipal de La Línea (Cádiz) no consta que eso fuera así», aseguró Flor mientras mostraba documentos que ratificaban lo sucedido. Su abuela consiguió que le enseñaran al supuesto bebé fallecido en el parto y consiguió fotografiarse con él para demostrar que aquel bebé, de más de siete kilos, no era el que su hija tuvo en aquel parto. Con el tiempo asegura que ha conocido a madres que dieron a luz en esa misma clínica a bebés supuestamente muertos y a las que le mostraban el mismo cadáver. «Ese bebé tenía un defecto físico que no se veía a simple vista y todas sabían cual era aquella anomalía», aseguraba Flor.

Ante esto los más de 300.000 casos que existen en España, aún por esclarecer, pelean a diario por conseguir una pista que les conduzca hasta sus raíces y sobre todo que sus casos se cierren en los tribunales y que los culpables sean juzgados por esta trama.