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Polonia se encomienda a 'Kuba'

El capitán, aterrado aún por un trauma infantil, se ha convertido en su gran referente de cara a la final ante los checos

WROCLAW (POLONIA) Actualizado: Guardar
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Polonia afronta este sábado en Wroclaw, ciudad de la Baja Silesia que confunde porque en castellano se llama Breslavia, el partido quizá más importante desde las semifinales del Mundial de España'82. Tras décadas de ostracismo, excepción de la final olímpica en Barcelona, no vencer a la República Checa y, por ende, no clasificarse para cuartos en su Eurocopa, sería un desastre nacional.

Muchos de sus habitantes, fervientes católicos, se encomiendan estos días a los poderes divinos, a la influencia desde el cielo del Papa Juan Pablo II y a su patrona, la Virgen Negra de Czestochova, también conocida como la 'Madonna Negra' de Jasna Gora. De esta ciudad industrial al norte de Katowice, procede, precisamente, el capitán de la selección, de nombre Jakub, de apellido impronunciable Blaszczykowski, y ' Kuba ' para sus hinchas del Borussia Dortmund, donde se ha proclamado campeón de la Bundesliga.

' Kuba ', elegido mejor jugador del partido después del espectacular gol que significó el empate ante Rusia, ha cautivado el corazón de los polacos al revelar un trauma infantil que le perseguirá toda la vida. Cuando vio que su potente disparo batía a Malafeev, se arrodilló y alzó las manos. Sus compañeros le vieron llorar. Todos unidos en torno al capitán. Una piña en la celebración.

Los muy versados sabían lo que había ocurrido, pero pocos conocían entonces el carácter redentor del fútbol. Recientemente, Blaszczykowski decidió no esconderlo más y compartir una historia que pone los pelos de punta. Con solo 11 años, vio a Zygmunt, su padre, apuñalar a su madre, Anna, hasta la muerte. ' Kuba ' se sinceró en un periódico polaco y de esa entrevista se hizo eco la agencia alemana DPA.

«Nunca voy a entender por qué sucedió. Yo siempre me pregunto '¿por qué?' Hasta el final de mi vida voy a tener que vivir con esto», afirmó. Durante mucho tiempo fue algo que prefirió ocultar. Pero al verse capitán de un país anfitrión, entendió que sería foco de atención y que más pronto que tarde se le preguntaría por su pasado. «Al principio de mi vida era algo que nunca quise mencionar. Traté de olvidarlo, pero no pude. Pero ahora estoy lo suficientemente maduro para hablar de ello», dijo.

«Mi madre me ayuda»

Su padre penó 15 años en la cárcel por el crimen y murió el mes pasado, a los 56 años. Blaszczykowski nunca volvió a hablar con él desde el asesinato, pero asistió a su funeral. Junto a su hermano mayor, se crió con su abuela. Prometió que no volvería a jugar al fútbol pero le persuadió su tío Jurek, un excapitán polaco, para que reconsiderara esa decisión.

Cada vez que marca un gol recuerda a su madre y se lo dedica «Ella me está cuidando. He tenido algunas dificultades en mi vida, pero he vencido a todas ellas y creo que es porque mi madre está en algún lugar y me ayuda», explica. Blaszczykowski y Polonia ya saben que su destino está en sus propias manos. Si vencen a la República Checa este sábado en este estadio espantoso por fuera, ya que se asemeja a una linterna de plástico, estará en los cuartos de final.

«El grupo está muy interesante. Ni siquiera Rusia tiene asegurado al pase. Todo está muy abierto pero lo ocurrido hasta ahora ya es historia. Haremos todo lo posible para vencer a los checos», afirma el nuevo héroe nacional de Polonia. «Rusia marcó el primer gol pero Dios nos envió a ' Kuba ' Blaszczykowski», resumió el diario 'Fakt', muy popular en Polonia.

En lo deportivo, quizá menos importante llegados a este punto que lo anímico, se habla de una gran duda de Smuda, el seleccionador, en la portería. ¿Volverá el 'gunner' Szczesny, expulsado en el partido inaugural ante los griegos, o seguirá Tyton, quien detuvo ese penalti y estuvo notable frente a los rusos? Dudka, medio del Auxerre, arrastra dolores abdominales.

Enfrente, ya recuperados de sus respectivos problemas físicos, el mítico portero Petr Chech y el distinguido Tomas Rosicky, sin discusión los dos mejores integrantes del grupo de Bilek. Se veían ya fuera tras ser vapuleados por Rusia, pero el sufrido triunfo ante los griegos les deja en excelente posición. Dependen de ellos y, sobre el papel, sufren menos la presión que los angustiados polacos. Aunque un empate puede bastarles si Rusia no pierde, Rosicky advierte de que deben «salir con decisión a ganar». Desde que Eslovaquia se separó, los checos jamás perdieron ante Polonia.

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