Duelo de elegancia en el Támesis

Un millar de barcos desfilaron ayer por el río Támesis de Londres para conmemorar el Jubileo de Diamantes de la reina Isabel II de Inglaterra. La procesión fluvial reunió góndolas, veleros, traineras, barcos militares, lanchas y embarcaciones de recreo, que transportaron a unas 20.000 personas en el que se ha considerado el mayor espectáculo náutico de los últimos 350 años en el Reino Unido.

Además de el espectáculo, que congregó a cerca de un millón de personas a orillas del río Támesis, la elegancia de los protagonistas acaparó la atención de los espectadores. Isabel II subió a la embarcación con un conjunto de vestido y abrigo blanco a juego con un sombrero del mismo color de su diseñadora personal, Angela Kelly. La soberana, que eligió ese tono para contrastar con los colores azul y rojo de la bandera británica, llevaba además sus inseparables guantes, en esta ocasión de color lila, y un broche plateado en la solapa.

Los miembros masculinos de la familia real británica asistieron al desfile con sus uniformes militares mientras sus parejas lucieron coloridos vestidos y sombreros en tonos rojos. La duquesa de Cambridge eligió un vestido rojo de Alexander McQueen y un atuendo en la misma tonalidad, la elección más comentada.

Al acto también acudieron el Duque de York, acompañado de las princesas Beatríz y Eugenia, ambas con vestidos cortos y sencillos, acompañados de sus respectivos tocados en la cabeza. La princesa Ana acudió a la ceremonia vestida de gala y junto a Timothy Laurence, con sendos trajes oficiales.