fútbol | primera división

Un Madrid resacoso deja al Granada temblando

Al final del partido, Clos expulsó a Siqueira y Moisés y recibió el impacto de una botella arrojada por Dani Benítez.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desenlace increíble en Los Cármenes que deja al Madrid a tres puntos del récord de los 100 y al Granada temblando, obligado a jugarse la supervivencia en Vallecas en la última jornada. Lo vieron ganado durante muchos minutos los andaluces, que hicieron un esfuerzo encomiable en el primer tiempo pero se echaron demasiado atrás en el segundo ante un rival muy profesional, y no dieron crédito a la derrota. Puntos perdidos fruto de un placaje tan claro como absurdo de Moisés a Cristiano Ronaldo, y el consiguiente penalti, y de un desgraciado autogol de Cortés en el último suspiro.

Excesivo castigo para el equipo de Abel, quien nada más terminar el choque salió al campo para tratar de frenar a su gente. Los locales, fuera de sí, arremetieron en bloque contra Clos Gómez, a quien Dani Benítez, vestido de chándal, le arrojó a la cara una botella de bebida isotónica tras las expulsiones de Siqueira y Moisés. No tuvo la culpa el árbitro de lo ocurrido pero no es normal designar a un aragonés justo cuando el Zaragoza es un rival directo en la lucha por la permanencia.

Premio para un Madrid al que hay que alabar por defender la pureza de la competición y no darse nunca por vencido. Dio la sensación de no comparecer al principio, pero tuvo una reacción de grandeza en la reanudación.

Mourinho no quería perder la opción del récord absoluto de puntos, ni que le acusaran de poder adulterar la competición, y decidió mejorar a su deshilachado equipo en el descanso. Retiró a Sahin y Kaká, ambos inoperantes, y mejoró las prestaciones de los blancos con Xabi Alonso e Higuaín. Fruto de su tenacidad, de la inocencia andaluza y de algo de fortuna, el Madrid cosechó su decimosexto triunfo lejos de casa en esta Liga redonda. Alcanzará los 100 si vence en la última jornada al Mallorca. En la batalla personal entre los mejores del mundo, Cristiano volvió a mojar pero se queda muy lejos de Messi, en concreto a cinco goles.

Cuando un equipo se juega la supervivencia y otro viene de dos días de juerga y se presenta sin siete titulares, lo normal es que el primero salga a tope y el segundo con las piernas pesadas y la mente distraída. Aunque los suplentes del Madrid deben ganar el 99% de sus partidos al mejor Granada posible, si la motivación no es la misma todo se equilibra. Y ciertamente, los andaluces se plantaron como un equipo ordenado, junto, presionante y concentrado al máximo, y los madrileños como un grupo desaliñado, partido y hasta desganado.

Fruto de la ambición granadina llegó el primer gol, antes de los cinco minutos. Franco Jara robó un balón a un Marcelo atolondrado, se incorporó al ataque, se aprovechó del resbalón de Carvalho y le metió el balón entre las piernas a Adán. Muy poco después, fruto de otro robo de los locales, Ighalo estuvo a punto de marcar pero salvó el lateral zurdo brasileño cuando en Los Cármenes ya se contaba gol.

El Madrid estaba poco atento atrás y se mostraba incapaz de dirigir el centro del campo. Cristiano lo intentaba, sobre todo de cabeza, pero el fuelle no le alcanzaba para batallar casi en solitario. Sin embargo, llegó la arenga de 'Mou' en el descanso y el campeón dio otra imagen muy diferente en la reanudación. Fue acosando a un Granada cada vez más nervioso y cansado hasta provocar su derrumbe. Un empate ante el Rayo les garantiza la permanencia.