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Un clásico de tercer nivel

Madrid y Barça priorizan la Liga y la 'Champions' a los cuartos de final de la Copa

MADRID Actualizado: Guardar
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Del partido del siglo al enésimo clásico. Como confesó Iker Casillas, la concatenación de duelos entre los dos mejores equipos del mundo hace que el interés decaiga y que ni siquiera las directivas de Real Madrid y Barcelona se reúnan esta vez para la comida oficial. Y no es que las relaciones institucionales se hayan quebrado o que la crisis afecte al bolsillo de los dirigentes, sino que lo poco agrada pero lo mucho cansa y hasta enfada. Después de disputarse en un año las semifinales de la 'Champions', duelos directos en Liga, una final de Copa y la Supercopa, los cuartos que se avecinan no alcanzan tanta repercusión.

Los dos colosos se disputan una eliminatoria con sabor a final anticipada. De hecho, se han enfrentado cuatro veces en esta ronda, con dos éxitos para cada uno, y la tradición indica que el ganador se corona campeón.

Mourinho y Guardiola no reservarán nada, aunque ambos reconocen que el torneo del K.O. es el tercer objetivo del año, muy por debajo de la Liga y la 'Champions'. Salvo resultado escandaloso, no creen que el desenlace del doble enfrentamiento deje secuelas anímicas. Al que pierda le quedará el consuelo de llegar más descansado al tramo definitivo de la campaña.

A priori, ambos se presentan en horas bajas. Antes del 1-3 del 10 de diciembre, se mostraban pletóricos, sobre todo el Madrid. Después del descanso invernal, sufren más en cada partido y muestran dudas en su juego. Como diría Mourinho, acusan quizá las consecuencias de los excesos navideños. El Madrid apeló a la épica para remontar en Mallorca, el pasado sábado, y en Copa sudó tinta para apear al Málaga. Tampoco el Barça ha estado muy fino. El Espanyol le arañó un empate y el Betis le puso en grandes aprietos.

Ansiedad blanca

Posee una suculenta ventaja de cinco puntos en Liga y ha gozado de un día más de descanso, pero el Madrid examina su ansiedad ante un eterno rival que le tiene tomada la medida en el Bernabéu. El Barça es un muro psicológico para ellos. Estudia el portugués un sistema 'anti-Barça' con un once condicionado por las bajas y la situación del argentino Di María, quien sufrió una contractura en el penúltimo entrenamiento, y de Pepe, entre algodones por una contusión en el cuádriceps.

Por vez primera, Mourinho no facilitó la convocatoria en la víspera. Esconde sus cartas hasta el último día. La ausencia por sanción de Arbeloa y por lesión de Khedira son un quebradero de cabeza para un técnico que debe decidir si ir a por el Barça o esperarle. La última vez que le jugóde tú a tú, en Liga, el madridismo volvió a marcharse cabizbajo de Chamartín.

Con trivote y Pepe en el medio, ganó la Copa pero no le fue bien después. Sin Khedira solo existe la figura de Lass como centrocampista destructivo. Sin Arbeloa, no hay otro lateral derecho específico una vez reconvertido Sergio Ramos en central. Coentrao se perfila como candidato a jugar cerca de Xabi Alonso y aumentar el músculo en la zona de creación. No se descarta un equipo con tres centrales y madridistas como Hugo Sánchez le piden a 'Mou' que ordene marcajes individuales a la vieja usanza sobre Iniesta y Xavi. Los más osados, en cambio, reclaman la presencia conjunta de Higuaín y Benzema. «Haga lo que haga, si perdemos luego me criticarán», concluyó Mourinho.

Los focos apuntan a Cristiano Ronaldo y a Messi, cuyas actuaciones son antagónicas en los clásicos. El portugués solo ha marcado tres veces en trece enfrentamientos contra el Barça. Le cuestiona un sector de su afición pero le arropa 'Mou', quien presume de currículo para argumentar que él no se juega nada más que su satisfacción personal.

El Barça también está en cuadro pero promete ser valiente. Sabe que resulta clave marcar fuera. Entre lesiones, el traspaso de Maxwell al PSG y la marcha de Keita a la Copa de África, a Guardiola le quedan quince jugadores de la primera plantilla. Siempre se guarda alguna novedad táctica en su chistera, pero lo más normal es que repita con los once que ganó en el último duelo liguero, a excepción de Pinto en lugar de Valdés.

La presencia del portero gaditano genera debate. Es el titular de la Copa pero el Barça de Pep perdió su único partido ante el Madrid con él bajo los palos. Le batió en Mestalla un golazo de cabeza de Cristiano. No fue culpable pero quizá pudo hacer algo más. En la Ciudad Condal también temen ahora por el arbitraje de Muñiz Fernández.