La dictadura bipolar

El socavón abierto entre los dos grandes y el resto en la Liga española es casi tan profundo como en Escocia. Allí, los protestantes del Rangers se coronaron campeones tras una encarnizada lucha con los católicos del Celtic y 30 puntos de ventaja sobre el Hearts. Aquí, el Barça aventajó en 25 puntos en Valencia, tercero en discordia. Y porque los culés se han dejado llevar pensando en Wembley.

Mientras no se modifique el reparto de la ‘tarta televisiva’, existe la convicción de que los dos grandes prolongarán dictadura en la supuesta mejor Liga del mundo. Desde que el Deportivo de Irureta conquistó el título en 2000, sólo el Valencia de Rafa Benítez puso coto al bipartidismo. El torneo de la regularidad se ha igualado a la baja. Es inusual que seis equipos se jueguen la permanencia en la última jornada y que se hayan necesitado 44 puntos para la salvación. El año pasado, sin ir más lejos, el Espanyol acabó undécimo con idéntico registro.

‘Pep Team’

Sólo un Barça había ganado ante tres Ligas consecutivas, el ‘Dream Team’ de Johan Cruyff, que en la década de los 90 se paró en cuatro seguidas. El ‘Pep Team’ de Guardiola ha hecho un guiño a sus 'padres' futbolísticos: Johan Cruyff y Charly Rexach, los técnicos de aquel equipo de ensueño que revolucionó el fútbol, los valientes que apostaron por un centrocampista delgado, sin físico, sin llegada y sin gol para quien inventaron la demarcación de '4' tocador más horizontal que vertical.

Aquel iluminado era Guardiola, que siempre que puede destaca que tiene más mérito aquel Barça pionero que el suyo propio porque fue el que puso los cimientos de un estilo que sienta cátedra en el mundo. El de Santpedor lo dice con un punto de modestia y con otro de orgullo, pues él también fue uno de aquellos innovadores, pero entonces en el campo.

Algunos jugadores como Xavi, con la sabiduría que le otorga la experiencia, ha calificado esta Liga "como la más difícil, quizás la más valiosa". Un día profundizará sobre su reflexión, pero nadie duda de que se refiere a que ha sido un campeonato en el que se ha jugado demasiado fuera del terreno de juego. En el césped, el Barça fue muy superior como reflejó un partido que resume una Liga: el 5-0 al Madrid en el Camp Nou. Pero desde el entorno merengue, liderado en la sombra por Florentino Pérez y en la salas de prensa por Jose Mourinho, se intentó bombardear al equipo azulgrana.

No fue fácil mantener la calma en Barcelona. Al técnico portugués casi le sale bien su estrategia verbal, que no la táctica en los pulsos directos. Pero el entrenador y los veteranos del equipo supieron dar la vuelta a la situación: valía la pena hacer un esfuerzo para no ceder ante el poder el luso. Y lo hicieron todos, incluso los internacionales que no tuvieron pretemporada tras las vacaciones post-mundialistas y que en algunos tramos de la Liga acusaron el cansancio.

Con un once tipo más definido que en otras ocasiones, pese la baja de Puyol en tres meses decisivos del campeonato, el Barça ofreció momentos de fútbol sublimes de la mano de genios como Messi, Xavi e Iniesta y de la mayor madurez de Valdés, otra vez Zamora, Busquets o Pedro. Los refuerzos supieron entender su papel: Villa trabajó crean espacios para Messi con una humildad poco habitual en un depredador del área, Mascherano esperó su oportunidad hasta convertirse más en un 'Jefazo' que en un 'Jefecito' y hasta Adriano fue importante cuando a Abidal le detectaron un tumor en el hígado, una noticia de impacto que sin embargo todavía unió más al equipo contra la adversidad. Afellay, el último en llegar, también aportó su grano de arena. Por el camino se han superado más récords, como el de victorias seguidas (16), superando al mítico Madrid de Di Stéfano; o el de mayor número de puntos en una sola vuelta (52). El próximo reto: alcanzar el póker de Ligas del Barça de Cruyff.

‘Mou’, más ruido que nueces

Mourinho marcó el curso, más por el personaje que representa que por sus dotes como técnico. Con indirectas o de forma explícita, cargó contra los árbitros, contra el calendario, contra la actitud de los rivales y hasta el planteamiento de los técnicos. Tras ser retratado por una mano cruel en el Camp Nou, se acercó al Barça pero solo pudo someterle en la Copa del Rey. Mejoró con creces a Pellegrini porque su Madrid conquistó el torneo del K.O. y cayó en las semifinales de ‘Champions’. Nada de ‘Alcorconazo’ o ‘Lyonazo’. Pero en Liga, curiosamente, sus sensaciones con mucho mejores pero sus números, inferiores.

Con Pellegrini, el Madrid sumó 96 puntos tras 31 victorias, tres empates y cuatro derrotas. Con ‘Mou’, 92 puntos después de 29 triunfos, cinco empates y las mismas derrotas. Son las cuentas de la lechera, ya que el Barça no hubiera desacelerado si llega a sentir el aliento de su archirrival, pero el Madrid sería colíder con la puntuación del sudamericano. Y ambas plantillas son incomparables. Özil, Di María, Khedira, Carvalho, Pedro León, Canales y en invierno Adebayor, mejoraron sobremanera los blancos. Un fondo de armario mucho mejor que el del Barça y un Cristiano superlativo, con récord histórico de goles por encima de 40, resultaron insuficientes. Con un total de 102 goles, el Madrid se acercó a la plusmarca de 107 conseguida con Toshack en el banquillo y Hugo Sánchez de matador.

El turco-alemán fue una de las sensaciones de la Liga, aunque ha ido de más a menos y se le acusa de no responder en los partidos grandes. Algo parecido le ocurrió al extremo argentino. Mou marginó a los dos españoles que no fichó y, después de la guerra que dio en invierno para contratar un tercer delantero que pusiera las pilas a Benzema, acabó con Ronaldo como punta y un ‘trivote’ en el centro del campo en los partidos decisivos.

‘Preciadazo’

El Sporting de Preciado, al que primero acusó de regalar el partido del Camp Nou y meses después tuvo el enorme detalle de telefonearle para darle el pésame por la muerte de su padre, acabó con nueve años de imbatibilidad de los equipos de Mou en casa y en Liga. Ahí se desvanecieron todas las ilusiones del Madrid, que en realidad perdió la Liga por su incapacidad en campos de modestos como Mallorca, Levante, Almería, Deportivo y Osasuna. Iker Casillas, como capitán, llegó a reconocer que el Madrid regaló varias primeras partes.

‘Champions’ valenciana

Valencia es un feudo extraño. Se critica a Unai Emery porque el juego del equipo no enamora, pero el equipo ganó la otra Liga con facilidad pese que en verano perdió a Silva y Villa. Superó también la fase de grupos de la ‘Champions’ pero no supo noquear al Schalke de Raúl cuando le tuvo contra las cuerdas.

El Villarreal de Garrido acabó extenuado estuvo sobresaliente. Vuelve a la ‘Champions’, aunque tendrá que superar la previa, tras alcanzar las semifinales de la Europa League, y sigue acertando con sus fichajes y los canteranos. Rossi es quizá el tercer mejor extranjero del campeonato, tras Cristiano y Messi, Nilmar evolucionó y los españoles Bruno y Borja Valero manejaron con solvencia la zona de creación.

Europa sin magia

El Sevilla y el Atlético vuelven a Europa pero ambos decepcionaron. Tras ganar UEFA y Supercopa de Europa, los madrileños acabaron séptimos y tendrán una eliminatoria en pleno verano como castigo. Quique no sigue, Forlán no es ni su sombra, Agüero ha alcanzado la madurez de un crack pero es objetivo para el eterno rival y, De Gea, ya consolidado como un gran portero, suena como sustituto de Van der Saar. Mucho más mérito tiene la clasificación del Athletic para Europa. Su filosofía, su política, el apoyo incondicional de la hinchada, la continuidad en el banquillo de Caparrós y el crecimiento sostenible de Fernando Llorente, han tenido premio.

Los ‘pericos’ se desfondan

El caso del Espanyol ha resultado sintomático. Firmó una primera vuelta de ensueño, casi de ‘Champions’, y una segunda parte del campeonato de descenso. La marcha de Víctor Ruiz y de Dida a Italia en el mercado de invierno y el agotamiento, le pasaron factura. Todo lo contrario que un Málaga salvado a golpe de talonario. El jeque hizo bien su trabajo, Pellegrini acertó y Baptista volvió a ser la ‘bestia’ que se recordaba en el Sevilla y que nunca fue en el Madrid, quizá porque no jugó en su puesto. Año negro para Asenjo, quien volvió a romperse la rodilla cuando veía la luz en la Costa del Sol tras la oscuridad conocida en el Atlético.

Caicedo emerge

El Sporting también firmó una segunda vuelta de equipo europeo. Terminó la primera con solo 16 puntos, y acabó en mitad de la tabla con 47. Preciado, castigado por la vida, se merece un monumento en Gijón. También Luis García en el Levante, donde emergió Caicedo, un portento físico que ya suena para los grandes y mantuvo en jaque a todas las defensas rivales. El presupuesto más bajo, jugadores que no cobran y salvación conseguida con cierto desahogo.

Lágrimas del ‘Flaco’

El Almería vuelve al hoyo después de cuatro temporadas en la elite, el Hércules puso patas arriba el Camp Nou pero se fue hundiendo sin remisión y el Deportivo jugó tanto con fuego que al final se quemó. Después de veinte años en la elite, de disfrutar de dos semifinales europeas, de un título de Liga y de dos Copas de Rey, los coruñeses caen al pozo. Como un negro destino de la historia, de nuevo el Valencia se transformó en una meiga letal. Terrible castigo para Lendoiro, Lotina y, sobre todo, el ‘Flaco’ y lloroso Valerón.

Llegan los jeques

En Cantabria agradecen el trabajo de Marcelino, que transformó al equipo, pero dudan también de Alí Syed, el empresario indio que festeja los goles en el palco pero, al parecer no paga a los jugadores. También dudan en el Getafe, afortunado al final, de sus nuevos magnates de Dubái. Dudan. Media docena de equipos sufrieron una agonía hasta el final. Curioso lo de Osasuna, que se salvó en la última jornada y acabó noveno. Gran reacción con Mendilibar en el banquillo, Kike Sola en punta y el refuerzo de Cejudo. Ocho entrenadores, casi la mitad, sufrieron la condena de la silla eléctrica: Antonio Álvarez (Sevila), Josualdo Ferreira (Málaga), Gay (Zaragoza), Lillo y Oltra (Almería), Portugal (Racing), Camacho (Osasuna) y Esteban Vigo (Hércules). El baile de siempre.