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La luz, alguna sombra y un debate en el Barça

Messi despierta antes de los clásicos, pero Villa y Pedro siembran dudas al mismo tiempo que se cuestiona la titularidad de Pinto en la final de Copa

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Cuando Leo Messi recupera la inspiración, el Barça se ilumina de tal manera que no tiene demasiado sentido buscarle puntos oscuros. Con el '10' en plena forma, el resto tiene permiso para tomarse un respiro. El argentino, que volvió renqueante del último compromiso de su selección, había encadenado cuatro partidos oficiales sin marcar, una eternidad para él. Pero para esperanza del barcelonismo y preocupación del madridismo, Messi ha recuperado la puntería, y también la incidencia en el juego, justo antes del doble clásico consecutivo de Liga en el Bernabéu y de Copa en Mestalla.

Con los dos goles del pasado sábado al Almería y el del martes en Donetsk, ya suma 48 esta temporada, cifra que ningún jugador azulgrana había alcanzado en 112 años de historia. Se superó a sí mismo (47 la pasada campaña) y a Ronaldo, que también se plantó en esa cifra en su único y fructífero año en el Camp Nou (96-97). Con siete partidos de Liga por delante, uno de Copa y dos seguros de Liga de Campeones, su registro final promete ser estratosférico. Lidera las tablas realizadoras en Liga (29), Copa (7), Europa (9) y Supercopa de España (3). Aspira a volver a ganar la Bota de Oro y con sólo 23 años ya lleva 175 goles con la camiseta del Barça: 117 en Liga, 34 en Liga de Campeones, 17 en Copa del Rey, 5 en la Supercopa de España y 2 en el Mundial de Clubs. Teniendo en cuenta que en sus dos últimas visitas al Santiago Bernabéu ha marcado (dos en el 2-6 de la 2008-09 y uno en el 0-2 de la 2009-10), es evidente hacia donde apunta ahora Messi, quien, además, quiere arrancarse una espina: nunca ha anotado ante un equipo entrenado por Jose Mourinho. Y ya se ha enfrentado a él contra Chelsea, Inter y Madrid...

Con números así, Messi lo eclipsa todo, lo bueno y lo malo. Igual que a algunos compañeros no se les destaca lo suficiente porque las proezas del argentino acaparan titulares y portadas, esos mismos jugadores también se refugian bajo el paraguas del '10' cuando no les salen bien las cosas. Es el caso actual de David Villa, peleado con el gol durante nueve partidos oficiales consecutivos. Y lo que es peor, en algunos encuentros, como ante el Shakhtar, el asturiano ha estado desaparecido, como encallado en un sistema de juego ideado para el falso '9', que no es otro que Messi. Ha recordado incluso a Ibrahimovic, que también se bloqueó a estas alturas de la pasada temporada.

El Barça necesita al mejor Villa para ganar dos veces al Madrid en cuatro días porque Messi no siempre será suficiente. Y también al mejor Pedro, que, aunque con excusa, tampoco ve portería desde hace nueve partidos. De hecho, la última vez que goleó también lo hizo Villa. Fue en Mallorca (0-3) el 26 de febrero. El canario, eso sí, se ha perdido un par de encuentros por una pubalgia que le ha obligado a entrar desde el banquillo en los tres últimos choques. La presión que Pedro hace a los defensas rivales es fundamental para el Barça y todo indica que Guardiola le está mimando para que llegue en las mejores condiciones posibles ante el Madrid.


El dilema con Pinto

El debate es para la final de Copa y ya ocupa espacio en todos los foros barcelonistas ya sea en las ondas, en la red o en el papel. Pinto será el portero titular en la final de Copa pese a que actualmente cuesta creer que haya un guardameta más en forma en el mundo del fútbol que Víctor Valdés, como demostró en Ucrania con dos paradas soberbias. Guardiola no le hará el feo al andaluz, fijo en la competición desde que Pep llegó al banquillo. El técnico ya respetó el plan establecido en la final de 2009 ante el Athletic cuando se creó un debate parecido al actual. Pero ahora el rival es el Madrid y la pregunta es si ante Cristiano Ronaldo no debería jugar el mejor portero posible. Todo el mundo entiende que lo justo es que Pinto mantenga el puesto en Mestalla, se lo ha ganado a pulso en la Copa y nunca ha fallado cuando ha jugado.

Es público, por otra parte, que es un jugador muy apreciado en el vestuario por su capacidad para fomentar el grupo. Es uno de los apoyos psicológicos de Messi. Dejarle sin el caramelo de la final podría ser perjudicial para el buen clima en el vestuario. Hasta Valdés, que mantiene una excelente relación profesional con Pinto, entiende la situación. Pero inevitablemente las sensaciones no son las mismas cuando juega Víctor o cuando lo hace Pinto. Y muchos se imaginan al maquiavélico Mourinho atacando sus puntos débiles en Mestalla, como el juego con el pie, consciente de la presión popular que se va a ejercer desde el propio Barça hacia el ex portero del Celta.