TRIBUNALES
«Sí, lo hice», los Cachimbas aceptan más años de cárcel al admitir que agredieron a dos guardias civiles
Pedro y Jorge Venegas suman una nueva condena de dos años y medio de prisión en su historial y llegan a un acuerdo con la Fiscalía evitando la celebración de un nuevo juicio
De nuevo los hermanos Cachimbas de Puerto Serrano , conocidos por el brutal ataque que cometieron contra el agente local Juan Cadenas y por lo que ya fueron sentenciados, se volvían a sentar este miércoles en el banquillo de los acusados. En esta ocasión por unos hechos anteriores, que se remontan a 2014 cuando agredieron y amenazaron a una pareja de guardias civiles de la localidad. La Fiscalía solicitaba en principio para ellos (en esta ocasión Jorge y Pedro) penas de 7 y 9 años de cárcel, sin embargo debido al gran tiempo transcurrido -dilaciones muy cualificadas- y también a la dudosa solvencia sobre las pruebas de la segunda parte de los hechos, el Ministerio Público optaba por aceptar un acuerdo que garantizara el cumplimiento de pena de prisión.
Los dos procesados, Pedro y Jorge, acudían a la vista celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Jerez. Pedro, de forma presencial, ya que cumple condena en una cárcel portuense, y Jorge por videoconferencia, ya que se encuentra actualmente interno en el centro penitenciario de Morón (Sevilla). Tras el acuerdo de todas las partes, ambos reconocían a preguntas de la jueza ser autores de los delitos que se le imputan . Lesiones y atentado a la autoridad. Esta era la cuarta vez que se señalaba este juicio ya que anteriormente había sido suspendido por diversas causas, lo que les abría la posibilidad a la atenuante de dilaciones indebidas muy cualificadas.
Los hechos se remontan al 4 de agosto de 2014. Sobre las siete de la tarde dos agentes de servicio en Puerto Serrano fueron requeridos por una pareja que había tenido una pelea con otras dos personas, conocidas en el pueblo como Los Cachimbas. Decían que los estaban persiguiendo. Dichos individuos resultaron ser Jorge y Pedro Venegas, ambos ya entonces con antecedentes y condenas por similares episodios.
Según relata el escrito del fiscal, los acusados se personaron en el lugar a bordo de un coche e intentaron agredir a la pareja que les había denunciado, siendo esto impedido por los agentes. Los guardias civiles tuvieron que forcejear con ellos para que depusiesen su actitud agresiva. Pero no quedó ahí. Acto seguido Jorge se dirigió a los agentes y les dijo: «¡Ahora os vais a enterar, ahora me voy a destrozar y os voy a echar la culpa a ustedes!», y comenzó a golpearse la cara contra el vehículo, la pared y una furgoneta.
Tras ello, se marchó con su hermano con el rostro ensangrentado. Pero minutos después regresaron. Con ánimo de atentar contra el principio de autoridad, según relata el fiscal, comenzaron a golpear a los agentes. El pequeño de los Cachimbas le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo a uno de los guardias civiles, además de golpes y patadas. Por su parte, Pedro, el mayor, portando un cuchillo de grandes dimensiones , se abalanzó sobre el otro agente que pudo repeler el ataque con la defensa. Viendo que los acusados no cesaban en su conducta, uno de los guardias civiles disparó al aire consiguiendo que se marcharan del lugar.
Como consecuencia del ataque ambos agentes sufrieron daños de gravedad como contusiones, erosiones y, el lesionado en el ojo, un desprendimiento, que le supuso como secuela una pérdida importante de visión. Tras la agresión en la calle, los Cachimbas se atrincheraron en su casa de la calle Tajo –como ya hicieron la madrugada que atacaron a Juan Cadenas–. Y cuando fueron a detenerlos amenazaron a los agentes: «¡subid para arriba cabrones que os vamos a matar, os vamos a violar a vosotros y a vuestras hijas!». Incluso, según la acusación, llegaron a exhibir hachas y gritaban a los agentes que les iban a cortar el cuello.
Por estos hechos se les ha condenado por los delitos de: atentado a dos años de prisión, lesiones, con el pago de una multa y orden de alejamiento y, otro de atentado con instrumento indeterminado, a seis meses de cárcel. Además del pago como indemnización a las víctimas de 12.992 euros por los daños y secuelas sufridas a uno de los agentes, y 345 euros al otro afectado.
Al haberse reconocido como autores, la sentencia ya es firme y no cabe recurso.
