El oro, una garantía económica que nunca pierde valor

El precio del oro ha sido siempre un elemento muy cinéfilo y literario, no en vano fue la primera moneda global, el único elemento que agrada por igual a personas de distintas clases sociales y desde hace muchos siglos, quizás por ello, el oro sigue siendo la moneda global, el único activo que no fenece ni ante reveses políticos, sigue siendo un activo muy preciado para los inversores. Desde hace unos años, el precio oro se mantiene a partir de los 1.200 a 1.500 dólares por cada kilogramo, contando con las oscilaciones bursátiles que hacen fluctuar su valor y precio.

La rentabilidad del metal dorado aumenta o disminuye según factores externos, en Europa, la inversión en oro se ha visto ligada siempre a momentos de crisis y de incertidumbre social, sobretodo en España donde el oro no se vende en las entidades bancarias, algo que es muy común en Alemania, donde la gente puede adquirir lingotes de oro en el propio banco.

En China, por ejemplo, la inversión en oro se realiza cuando las cosas van muy bien, y comprarlo es sinónimo de vacas gordas y prosperidad.

Sea como sea la inversión en oro se realiza sobre un activo que a pesar de las oscilaciones de mercado, nunca pierde valor y nunca podrá ser invalidado el que posea, una garantía que no tiene ninguna moneda.

El oro y su valor en la civilización actual

En verano del año pasado, cuando se anunció el resultado de la votación del Brexit, que anunciaba la salida de Gran Bretaña del Mercado Europeo, el oro alcanzó su valor más alto, superando los 1.218 euros que era donde estaba el cenit alcanzado por el metal precioso. Las inversiones más rentables en oro pueden llegar a dar a los inversores hasta más de un 300% de su valor, pero todas estas inversiones tan suculentas, siempre han de realizarse por largos periodos de tiempo, mientras que la rentabilidad anual en oro supera en muy poco el 14% de su inversión, algo que también lleva a realizar inversiones a corto plazo.

Si hace unos años el oro era demandado por los joyeros para manipularlo, hoy en día el oro es demandado como producto de inversión, pero las grandes cantidades de oro las tienen los Gobiernos que son los que lo atesoran.

Como producto para uso estético, además de en joyería, el oro es muy utilizado para todo tipo de revestimientos en los países árabes ricos que demuestran su opulencia revistiendo muebles, cañerías, baños y cualquier otro elemento de este metal. El oro siempre ha estado ligado a cierta fatuidad, siendo las gruesas cadenas de oro en los cuellos de los hombres, las únicas joyas masculinas que se venden.

El oro es y será un metal precioso sobre el que se vierten muchos deseos y afanes, casi siempre llevados por la necesidad de atesorar riqueza, algo que es muy lícito y que ha dado alas a guionistas y literatos; y si no, estemos atentos a la cartelera que este año ha de estrenar una película actualmente en rodaje dirigida por Agustín García Yanes sobre un texto de Pérez Reverte que ha de ser la revelación cinematográfica de este año en la que se cuenta la historia de los conquistadores españoles en América. La película, claro está, se llamará Oro y en ella no se habla del precio de este pero si del valor que tuvo.