POLÍTICA

El Brexit visto por un británico en Cádiz y por un gaditano en Reino Unido

Un empresario londinense afincado en Ubrique y un profesor gaditano en Canterbury, sorprendidos por el triunfo del sí

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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  1. Adam Bryer: «Esta es la última batalla de la vieja escuela británica»

    Adam Bryer, con su mujer Mercedes Rojas
    Adam Bryer, con su mujer Mercedes Rojas

    Adam Bryer, casado con la ubriqueña Mercedes Rojas, es un economista londinense que tras trabajar cinco años en la City y casi un decenio como asesor de fondos de capital riesgo decidió emprender la aventura de fabricar artículos de piel en Ubrique junto a su familia política y teniendo su principal mercado en Reino Unido. A la mañana siguiente del referéndum no sale de su asombro. No esperaba en absoluto que ganase el sí. En primer lugar, teme que pueda ser perjudicial para su negocio: «Nosotros vendemos nuestros productos al mercado británico y no nos interesa trabajar con una moneda devaluada. Ya la libra lo está bastante como para que baje más. Además, esto creará mucha incertidumbre en los mercados. Y aunque creo que todo se estabilizará en unos cinco años, en este tiempo pueden caer muchas pequeñas empresas».

    Pero más allá de sus intereses comerciales, Bryer no comparte este desapego de muchos de sus compatriotas por el resto de Europa. «Creo que esta ha sido la última gran batalla de la vieja escuela británica». Adam opina que la campaña a favor del Brexit ha sido impulsada en buena medida por ciudadanos conservadores mayores de 50 años, «que añoran la vieja gloria del imperio británico y no asumen que el mundo ya ha cambiado. Y que la transformación es imparable». Asegura que diez años más tarde este referéndum no hubiese tenido ningún éxito, con esta generación desaparecida.

    «Creo que hay mucha equivocación en estos votos porque hay mucha emoción en la decisión y poco raciocinio», sentencia este empresario desde la sierra de Cádiz, a quien además le preocupa la situación en la que queda Escocia. «Tengo clientes escoceses que ya me han dicho esta mañana que ellos esperan que haya un nuevo referéndum por la indepencia, una vez que se ha visto reforzada su posición frente a Inglaterra». Y asegura que en ningún momento se planteó esta asunto en el debate por la pertenencia a la UE, «al contrario, se evitó».

    Fallan las Bookies

    Adam subraya también que es curioso que las casas de apuesta británicas, las Bookies, hayan fallado estrepitosamente en sus predicciones. «Todas daban por supuesto que ganaría el no. Tanto que incluso la extrema derecha hizo una primera valoración asumiendo la derrota. Estábamos muy despistados, por lo que veo. Claro que también los londinenses pecamos de pensar que lo que ocurre en la capital representa a todo el país y no es así, ni mucho menos», apunta el empresario.

    De cualquier manera, en su opinión, el mayor daño con este referéndum sobre el Brexit se le ha hecho al clima social inglés: «Inglaterra siempre ha sido un cóctel de cultura y países. No entiendo a qué viene dar este paso atrás. Especialmente cuando el partido UK tiene un lado oscuro que sale de vez en cuando en manifestaciones claramente racistas».

  2. Guillermo Gilabert: «No sé hasta qué punto una victoria tan ajustada debe decidir el futuro de un país»

    Gilabert, junto a un amigo en Reino Unido
    Gilabert, junto a un amigo en Reino Unido

    Guillermo Gilabert es uno de tantos gaditanos que salió de su ciudad natal hace más de 15 años para buscarse un buen medio de vida. Ahora es profesor de Matemáticas en la ciudad de Canterbury, al sudeste del país, muy cerca de Dover. Es uno de los puntos turísticos más importantes de esta parte del mapa británico, en el que conviven a diario con miles de ciudadanos franceses, belgas, alemanes y españoles. Allí el sí también les ha pillado por sorpresa pero como apunta Guillermo, es un sí «muy ajustado. Demasiado corto. Hay que tener en cuenta que en mi zona han ganado por décimas y no sé hasta qué punto esto puede decidir el futuro de un país».

    Gilabert argumenta que el triunfo del Brexit se debe a una suma de factores. En primer lugar, los ingleses nunca han sentido un apego emocional hacia Europa. «No es el caso de España, donde se vivió como un subidón de autoestima que entrásemos en la Unión Europea en los 80. En su caso, los metió Thatcher por una serie de medidas comerciales y económicas que interesaron en los años 70 pero no por convicción ni sentimiento de pertenencia de ningún tipo», sentencia Guillermo.

    En segundo lugar, el «peligroso» argumento del dinero, del presupuesto que destina Reino Unido a la financiación de la UE. «Aquí se ha vendido mucho que Reino Unido paga 350 millones de libras a las semana a Europa, que se podrían destinar a Sanidad y Servicios Sociales. Pero este discurso está falseado porque no se contabilizan las ayudas europeas que recibe este país o los beneficios comerciales de todo tipo», sentencia Gilabert.

    Racismo de fondo

    Otro factor que ha sido fundamental para este profesor de Matemáticas gaditano ha sido el nacionalismo. «Ya pasó con el referéndum de Escocia, que argumentaron basándose en la independencia y la libertad para dicidir, para ser responsables de nuestro futuro. Estos eslóganes, tan emocionales, han calado en mucha gente», concluye Guillermo Gilabert, quien tampoco se identifica con un eslogan tan simple.

    En su caso, tampoco ha sentido muy de cerca el racismo o las manifestaciones políticas exaltadas, ya que en su zona no hay mucha inmigración. En Canterbury se ha ofrecido información a sólo 50 metros de distancia de ambas posiciones políticas sin ningún problema, según explica este gaditano, «pero me consta que en otras zonas del país la campaña ha tenido tintes muy racistas y radicales».

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