CELEBRACIÓN. Los aficionaros llenaron las calles para festejar el título liguero. / AFP
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Los culés se lanzan a la calle en la segunda parte del encuentro

La victoria del Mallorca ante el Valencia llevó a miles de aficionados a celebrar el título en la Rambla de Canaletas

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Los aficionados azulgrana salieron en tromba a las calles para celebrar la conquista de la Liga. Muchos de ellos obviaron la segunda mitad del partido ante el Celta para iniciar la fiesta justo cuando el Mallorca consumaba su victoria ante el Valencia.

Desde ese preciso instante la fiesta por el título se disparó sobre todo en la habitual Rambla de Canaletas de Barcelona. Minuto a minuto, un enjambre de personas llenaba la mítica zona de los festejos azulgrana, que vivió una larga noche.

Antes del final del partido de Balaídos Canaletas ya estaba repleto. Alrededor de 2.000 aficionados azulgrana entonaban el alirón. Una imagen que se repitió en varias localidades catalanes, donde las bocinas de los coches ya alertaban de que la noche sería muy larga. El título disparó la euforia. Bengalas, fuegos artificiales y los habituales cánticos abrieron una noche repleta de alegría. Muchos de los aficionados que celebraban el título también tenían previsto dirigirse al aeropuerto de El Prat para recibir a los jugadores. La plantilla azulgrana debía dirigirse hasta el Camp Nou en un autocar descapotable para compartir la felicidad con sus seguidores.

Unas muestras de júbilo que se repetirán el sábado en el Camp Nou cuando los azulgrana se midan al Espanyol en el derbi catalán. La directiva azulgrana tiene previsto realizar algunos actos con sus aficionados, antes y después del partido, para que compartan el éxito del título con sus jugadores. El Camp Nou vivirá el sábado las únicas celebraciones por la Liga. La directiva ha decidido posponer la fiesta del próximo domingo con vistas a la final de París. Y es que los jugadores azulgrana quieren conservar la calma para aspirar a un doblete histórico. Una conquista de la Liga de Campeones que, entonces sí, desbordaría todas las previsiones en una celebración que algunos ya antojan sería única.