«Me quedo con la gente que ve la procesión con orgullo»

La hermandad del Caminito ha comenzado el año cargada de ilusión y nuevos retos y proyectos. Al frente de la cofradía de las Angustias está su hermano mayor, Ramón Medel, quien encara su noveno año como máximo representante de la misma.

Medel valora muy positivamente todo este tiempo pero insiste en que hay que seguir trabajando para mantener la seña de identidad de la hermandad. Al hacer balance reciente destaca sin duda la espléndida restauración del grupo escultórico este pasado 2015. La intervención de Pilar Morillo y Álvaro Domínguez marcó un antes y un después en esta obra de arte. «Aquello fue un éxito tremendo. Teníamos mucha confianza en los profesionales. Yo estaba muy tranquilo, quizá un poco nervioso, pero entonces, a toda la gente entendida de arte y demás les parecio un éxito tremendo y estamos muy contentos.

Se descubrieron aspecto desconocidos hasta entonces», explica Medel.

Lo que ahora les ha ocupado ha sido la recuperación de los candelabros del paso, guarda brisas y caracolas, que se encontraban muy deteriorados. «La verdad es que estaban en muy mal estado e incluso rotas. Entonces dimos con un taller en Sanlúcar muy bueno. Ellos habían hecho trabajos en otros sitios y aprovechamos y los dejamos allí y con el resultado la verdad es que estamos muy contentos. Esto va a ser espectacular. Hacía falta desde hace mucho lo de las caracolas y había que hacer algo».

La otra gran novedad que presenta la cofradía es su nueva casa de hermandad. Se encuentra en la calle Conde O’Reilly donde están también las de Vera Cruz y Nazareno del Amor. Ramón Medel se muestra muy contento con el nuevo lugar. «Tenemos al equipo técnico de la cofradía que ha hecho una labor impresionante la verdad y ha quedado todo espléndido».

Medel destaca y defiende el caracter de su cofradía. «Yo creo que somos conocidos como una hermandad seria, de negro. Si no fuera así, yo no estaría. Es de las serias de las de verdad y estoy aquí porque mi idolatrado hermano Pablo Chaves quiso que yo le sucediera y le dí la palabra. Es una cofradía en la que procuramos que se cumplan con los cánones exigidos. Evangelizar al pueblo y hacer obras de caridad con los hermanos con obediencia al obispo y que nuestra estación de penitencia sea eso y no una salida folclórica como pretenden algunos. Una estación de penitencia es un grupo de hermanos que van juntos a la Catedral acompañando a su imagen», afirma Medel.

El hermano mayor de la cofradía asegura que en la Semana Santa es fundamental el respeto aunque apunta que siempre hay personas que no lo entienden así. «Hay de todo. Con los hermanos la verdad es que no tenemos problema. El que viene al Caminito sabe a lo que viene y la mayoría llega porque es una tradición familiar, pasa de padres a hijos. Pero en la calle nos han hecho de todo. Sin embargo, me quedo con la cantidad de gente que va a ver la procesión con orgullo. La verdad es que me maravilla de los sevillanos que no se les puede decir nada en contra de su Semana Santa y sin embargo aquí siempre hay gente criticando. En mi cofradía se hace un esfuerzo de la nada, hay trabajo de mucha gente y la nuestra es una más aquí en Cádiz. Así estamos la mayoría», reconoce.

Pese a las dificultades, el ritmo en la cofradía nunca cesa. Ahora se quieren restaurar las ráfagas de la Virgen y también otros enseres que se encuentran en mal estado. Además de eso hay que seguir con la constante labor de caridad. «Aquí no se acaba nunca. La gente se cree que los cofrades vamos a disfrazarnos pero las cofradías están continuamente destinadas a la caridad y sobre todo aquí que es lo más importante y es una labor muy oculta de todas las cofradías de Cádiz que si ahora mismo dejara de hacerse no sé qué pasaría. La labor es de todos y se trabaja desde la nada. No tenemos un duro pero se trabaja y se tira para adelante y eso es lo bonito».

Consolidar un grupo joven

Ramón Medel quiere que la cofradía siga creciendo como lo ha hecho en los últimos quince años. Aunque se han resuelto muchas cosas tiene un objetivo aún por cumplir y es el grupo joven. «Es una de mis principales preocupaciones en la cofradía porque hay gente pero salen el Miércoles Santo y ya después no se les ve por allí. Cuando yo llegué al Caminito había un grupo joven que trabajaba mucho y fruto de ese grupo joven es hoy en parte la cofradía que tenemos». Medel no comprende los motivos. «Igual es la crisis de fe que hay. Desgraciadamente no tengo esa varita mágica. Pero yo pienso que los grupos jóvenes necesitan líderes. El conflicto que tenemos nosotros es que no somos ni una parroquia ni un colegio y es dificil que venga la gente joven allí. No tenemos un aliciente ni un campo de fútbol ni se dice misa todos los dias. Es difícil y nos está costando pero no pierdo la esperanza.