Día Mundial contra el Cáncer de Mama

«No debemos sentirnos diferentes a otra mujer porque nos falte un pecho»

Carmen González logró superar la enfermedad hace año y medio y anima a las afectadas a afrontarlo «con actitud y sin miedos»

MARÍA ROMÁN
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

. «No me lo merezco, por qué a mí». Carmen González tiene 54 años, marido y dos hijas. Sabe lo que dice al hablar del cáncer de mama y hoy está dispuesta a contar su historia bien fuerte. Ella y otras muchas. Porque las mujeres que padecen o han pasado por ello vuelven a alzar de nuevo la voz para que el mundo no las olvide. Celebran el Día Internacional del Cáncer de Mama con la certeza de que ninguna crisis puede cuestionar la detección precoz.

Hace año y medio se lo detectaron. Así empieza el relato. «Fue en una revisión rutinaria. Tenía dolor de axila y sentí miedo. Por eso me decidí a pedir cita», señala. Carmen es una mujer con una vitalidad contagiosa que sin embargo reconoce los inicios no fueron fáciles porque «no sabía cómo iba a quedar», pero que después se mentalizó «muy pronto» y decidió luchar.

Esta gaditana recuerda con claridad el momento, así como la dureza de los efectos secundarios y que no tenía ganas de luchar «salvo por mis hijas y porque en casa me ayudaron un montón. Mi marido quizás ha sido el que peor se lo tomó».

Lleva año y medio operada y duda de que algún día pueda olvidar la angustia del proceso. Todo fue muy rápido. «Me hicieron una mamografía el 14 de abril». Al poco tiempo, 10 de junio «ya estaba en quirófano». Pronto, a tiempo. «Y ahora, aquí me tienes. Mirando al futuro con más esperanza que nunca». Dice que lo suyo «fue más leve que lo de otras mujeres». «A mí me lo cogieron tan a tiempo que tanto los médicos como yo estamos muy tranquilos». Carmen, que no ha tenido que recibir las sesiones de quimioterapia, se encuentra «muy animada» y acudiendo a revisiones para controlar como está evolucionado la mama. Otra vez la línea que marca el diagnóstico precoz. Sin embargo, su lucha no ha terminado. «Llevo más de año y medio esperando para que me reconstruyan la mama», comenta Carmen angustiada.

Pero nunca es fácil. «Les expliqué a mis hijas lo que pasaba desde el primer momento. La mayor lo pasó peor. Para ella, la palabra cáncer era sinónimo de muerte. Les he demostrado que la vida continúa. No debemos sentirnos diferentes a otra mujer porque nos falte un pecho». La clave, resalta, está en no rendirse nunca y plantarle cara a la enfermedad para que «todo salga bien».

A Carmen le ayudó «el tremendo apoyo» que recibió en Agamama. «Saber que había otras mujeres que habían pasado por lo mismo y que hacían una vida totalmente normal, aunque tuvieran un pecho menos». Ahora se encuentra «estupendamente», aunque reconoce que tiene un poco de limitación en el brazo derecho, «el expansor me dificulta la movilidad, produciéndome molestias e hinchazón».

Después de una mastectomía, los expansores mamarios se utilizan para la expansión del tejido del pecho con el fin de preparar la reconstrucción mamaria. Reconoce que lo que peor lleva es, de momento, no poder trabajar y no poderse poner sujetador. Espera que pueda volver a su trabajo en un comedor escolar en San Fernando. A su juicio, hoy en día el cáncer de mama se supera, «hay que tener actitud. Es un año de tu vida que tienes que olvidarte de hacer las cosas como las hacías antes, pero después a medida que pasan los días te vas recuperando y tu vida vuelve a ser igual», comenta. Una historia de superación que reconoce haberla enseñado a vivir la vida «de otra forma».

Ver los comentarios