Medio milenio de devoción cofrade a la vera de la Cruz en Cádiz

Sin duda, 450 años no se cumplen todos los días y es por eso por lo que en la hermandad de la Vera-Cruz ayer comenzaron a vivir un sueño. Una ilusión por los que se fueron, por los que vendrán y por los que están aquí que englobará a un año lleno de actividades que comenzó ayer mismo. Fue en la Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz, cuando la hermandad celebró la inauguración del Año Jubilar concedido por el Papa Francisco a la corporación por sus efeméride como la hermandad más antigua de la ciudad.

Los actos arrancaron durante la tarde en la Catedral, donde se celebró un Pontifical en el primer templo diocesano, consagrado además a la Santa Cruz.

Presidido por el obispo Rafael Zornoza Boy y concelebrado por el Cabildo catedralicio, la hermandad acudió corporativamente para sumarse a la celebración. En el transcurso de la eucaristía, el prelado hizo la entrega oficial del ‘Decretum y Bula Pontificia de la Santa Sede’ al guardián del Convento de San Francisco, quien a su vez lo entregará al secretario de la Hermandad para que de pública lectura del mismo documento.

La parte musical corrió a cargo del tenor y hermano de la cofradía, Álvaro Bernal Díaz, acompañado al órgano por José Manuel Caramés Agrafojo. Finalizada la eucaristía, comenzó el protagonismo de la corporación. Así, la hermandad procesionó hasta su sede canónica, la iglesia de San Francisco con el Lignum Crucis bajo palio. Precisamente, el bello ostensorio de madera oscura y plata se estrenó ayer. Así, nada más salir la Catedral, el cortejo tomó por Compañía para continuar por Santiago, la plaza de la Candelaria, Nicaragua, Manzanares, la plaza de Vargas Ponce, Sánchez Barcáiztegui, San Francisco y la plaza del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz. Estuvieron acompañados musicalmente por la Capilla Musical ‘Lignum Crucis’, de San Fernando y Álvaro Bernal.

Apertura de la Puerta Santa

Una vez en la plaza, pasadas las 21.00 horas, la hermandad procedió a la ceremonia de apertura de la Puerta Santa. En este rito simbólico fue la puerta de San Antonio la escogida para el acto y lució ornamentada con flores y perfumes «manifestando de esta manera el aspecto característico del gozo concedido», según explicó la hermandad en un comunicado. La elección de la puerta se debió a que antaño fue puerta principal del Convento. «Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega; a Él gloria por los siglos», fue la aclamación realizada ante el dintel. Finalmente, la ostensión del Libro de los Evangelios en el centro de la Puerta Santa subrayó la centralidad de Cristo. Tras el acto simbólico, quedó inaugurado oficialmente el Año Jubilar que se extenderá hasta el 4 de octubre de 2016, festividad de San Francisco de Asís, ganando y obteniendo las indulgencias plenarias los peregrinos que, accediendo por dicha puerta, cumplan los requisitos para ello. Además, la hermandad ha perfilado una completa agenda de actividades para conmemorar las importantes efemérides que se celebran en la cofradía.