Desde un aeropuerto en Torregorda hasta un cementerio marino en la Bahía

El frustrado caso de la Torre 3000 es tan solo un ejemplo de los ambiciosos, y en ocasiones algo disparatados, proyectos que se han planteado en Cádiz durante los últimos sesenta años. La mayoría de ellos con el objetivo de dar solución a la escasez de suelo urbanizable que caracteriza a la ciudad.

Javier de Navascués recuerda que «en los años 50 se planteó la posibilidad de construir un aeropuerto en las marismas de Torregorda... eso sí que fue una locura». Pocos años antes de aquello, el ingeniero Antonio Durán Tovar propuso la construcción de un túnel subterráneo de 3.000 metros de longitud que uniera Cádiz y Puerto Real bajo las aguas de la Bahía. Años después, en 1969, sería el puente José León Carranza el que cumpliría esta función de nexo entre ambos municipios.

Muy recordado es el proyecto ‘Cádiz 3’, que empezó a gestarse a comienzos de los 70 y pretendía la construcción de una urbanización similar a la barriada de la Paz a lo largo de la banda interior del istmo que conecta Cádiz y San Fernando. Dragados iba a encargarse de una obra que, según recuerda el arquitecto Julio Malo de Molina, fue frenada por la Comisión General de Urbanismo, ente estatal que no permitió que se edificara en un espacio natural especialmente protegido.

Aunque no hay que irse tan atrás en el tiempo para encontrar empresas tan sorprendentes como esta, ya que en los años 80, con Carlos Díaz como alcalde de la ciudad, se estudió la posibilidad de construir una isla artificial en la Bahía que sirviera como cementerio marino. La razón, la falta de espacio en el cementerio de San José, que en muy corto espacio se vería obligado a colgar el cartel de completo.

Hace poco más de un lustro, con Teófila Martínez en la alcaldía, se proyectó la construcción de los recordados ‘palafitos’, una nueva zona residencial que se ubicaría en el borde marítimo de la Bahía a la altura de Cortadura. Estaba previsto que el lugar albergara medio millar de viviendas destinadas a jóvenes, un centro comercial y un paseo marítimo. La Ley de Costas dio al traste con la iniciativa. Por entonces también se habló de la Torre 2012, que localizada en la avenida Juan Carlos I, se convertiría en el edificio de viviendas más alto de la ciudad alcanzando las 36 plantas.