Antonio y Ana inician una nueva vida en el barrio de Santa María

El matrimonio que fue desahuciado el pasado lunes empieza una nueva vida. La vivienda que un ciudadano particular les ha ofrecido les llega como esa segunda oportunidad que llevaban esperando desde que recibieron la orden de desalojo. Algo cansados ya de los focos y la atención mediática quieren pasar página del triste episodio, «de los más tristes que he tenido en la vida», reconoce Antonio Moreno, de 57 años y enfermo de cáncer, que tuvo que asumir el trago de dejar el que había sido su hogar en los últimos treinta años.

Antonio pide respeto por su intimidad, pero agradece la atención que ha recibido y el apoyo del equipo de Gobierno. Explica que este nuevo domicilio al que van se encuentra en el barrio de Santa María.

«Allí no conozco a nadie, pero me ha gustado la casa». Aún no se ha quedado con el nombre de la calle, admite, pero está decidido a rehacer su vida. Le faltan palabras de agradecimiento para el ciudadano que se ha brindado a ofrecer esta residencia, lo que le llena de felicidad, «porque aún hay mucha gente buena por ahí», dice.

Antonio y su mujer, Ana Benítez, ya han firmado el contrato y desde hoy comenzarán a hacer la mudanza, empezando por el pequeño equipaje que reunieron cuando abandonaron la vivienda de Benjumeda, 35. La renta que ofrece el propietario está acorde con su limitada situación económica, la que le permite una pensión no contributiva de apenas 350 euros que solo él percibe. En estos últimos dos años la familia ha vivido en vilo ante la posibilidad del desahucio por no poder pagar el alquiler. En ese tiempo, el matrimonio tampoco gestionó bien la situación, llegando demasiado tarde tanto al proceso judicial como a los dispositivos de ayuda que tenían a su alcance. Ya con la orden del juez en firme resulta muy difícil ganar tiempo.

Pero ahora las cosas pintan de otra manera para ellos, una vez que tienen al alcance un alquiler al que pueden hacer frente y que se compromenten a abonar. También tienen a su disposición una línea de ayuda de emergencia que el Ayuntamiento de Cádiz viene ofreciendo a familias en situación de vulnerabilidad para contribuir hasta con el 90% de la renta.