Un deseo llamado tranvía que no llega

En una pequeña sala, miembros de la Junta de Andalucía explican a los comerciantes de San Fernando el proyecto del tranvía. Ya llevan dos años trabajando en el conocido como Salto del Carnero, la estructura diseñada para conectar el nuevo vehículo con la plataforma ferroviaria hacia Cádiz. Las cifras de inversión son mareantes (su coste total es de 225 millones de euros) y la fecha marcada para que todo comience a funcionar ilusionante: 2010 con la celebración del Bicentenario de Las Cortes.

Allí en esas estrechas cuatro paredes para la cantidad de personas que se congregan ya se habla de todo lo que en 2013 aún se sigue comentando. Necesidad de trabajos complementarios para mejorar el entorno de La Isla, que en Chiclana también esté finalizada la obra, o a punto, y que todo esté arreglado para llegar hasta el mismo centro de Cádiz.

Año 2010. Está claro que el tranvía no va a pasar. En Chiclana ni siquiera han comenzado a entrar máquinas y en la capital se duda de que haya una plataforma tranviaria por el centro y se quedará en la estación de trenes como última parada. Pero la Junta no se amilana y hace otro anuncio más importante: El tranvía se convertirá en el gran medio de transporte de toda la provincia. De una pequeña sala llena de comerciantes se pasa a un gran escenario de influencia. Ahora ya no sólo se podrá ir de una localidad a otra en pocos minutos, enlazando Chiclana con San Fernando y Cádiz, sino que el vehículo pasará por el nuevo puente de La Pepa, irá a Puerto Real, a Jerez y parará en el aeropuerto. La nueva fecha para que comience a funcionar este megaproyecto será cuando se inaugure el puente: 2012.

Son tan claras sus intenciones que hacen hasta las revisiones del proyecto del puente para colocar una plataforma tranviaria en el centro del mismo. Pero llega 2012 y ni puente ni tranvía. Entonces el denominado anillo ferroviario de la Bahía de Cádiz se cae de las previsiones y el centro del puente de La Pepa se queda con un espacio, que ahora Fomento estudia reservar a los autobuses, para evitar la aglomeración de vehículos en el resto de carriles.

Pero el problema es aún más grave. Ya no se trata de que no vaya a llegar al aeropuerto de Jerez, o por lo menos ya no se plante, lo peor es que siguen sin resolverse las cuestiones que hace ya cinco años se discutieron en esa pequeña sala. ¿Cuándo pasará el tranvía? ¿Hasta dónde llegará? ¿Cuál será el precio del billete? ¿Será rentable?...

Fueron muchos los plazos que se dieron desde la Junta de Andalucía y todos llegaron sin cumplir las previsiones. Es por ello que ya no se atreven a dar fechas. Oficialmente no se dice cuándo está previsto que pase el tranvía. Lo último que se supo es que pretendían que el vehículo estuviera de pruebas por San Fernando este verano y en funcionamiento hasta Cádiz antes de que acabe el año. Pero no será así. Ahora se espera que pueda estar en pruebas a finales de año, pero nadie lo confirma.

Lo que ya está casi descartado es que pueda estar en funcionamiento a lo largo del próximo año. En primer lugar porque los vehículos aún no están homologados. Al tratarse de un nuevo medio de transporte que no existe en España ni en el mundo (es un tren y un tranvía a la vez), por lo menos dos vehículos deben superar un periodo de prueba y una serie de test. El proceso está a punto de concluir con éxito en el primero, pero el segundo va a empezar ahora. Si se tiene en cuenta que el primero comenzó en abril del año pasado, está claro que hasta mediados del próximo año no se tendrá la autorización, a menos que los tests en el segundo vayan más rápido.

Y todo esto cuando aún no se ha solventado otro problema, el de la electricidad. El suministro de energía para el tranvía no está garantizado y se precisa de la construcción de una subestación. Ahora mismo se ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento para ubicarla en el futuro polígono industrial de Janer y se han entablado conversaciones con Endesa. Pero según el proyecto de obra el plazo para su construcción es de más de 14 meses y todavía no se ha empezado a trabajar.

Por todo ello, parece poco probable que el vehículo pueda ponerse en marcha, aunque tan sólo fuera para ir de una punta a otra de San Fernando, municipio en el que la actuación ya está próxima a finalizar a la espera de resolver los problemas de energía.

Chiclana y Cádiz

Los trabajos en Chiclana se han parado antes de entrar en su parte más delicada. El Ayuntamiento no está dispuesto a colaborar y ahora se negocian obras complementarias para poder entrar en el centro. Actuaciones que también se negociaron en San Fernando y que finalmente no se han llevado a cabo. A la espera de resolver este aspecto, barajan la opción de que el tranvía fuera de San Fernando a Cádiz. Pero aquí surge de nuevo la polémica, porque no existe a estas alturas un acuerdo con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) para poder utilizar las vías en dirección hacia la capital.

Preocupan los horarios y sobre todo cómo afectará a cercanías, regionales y resto de trenes, ya que el tranvía tendrá 22 paradas, lo que dificulta establecer el tiempo que se necesita para acceder a la vía. Para quitarse de problemas, la Junta quiere que sea Renfe la que se haga cargo de la gestión de este transporte, pero no están dispuesto a ello. Precisamente porque los último ejemplos de tranvía que se han puesto en marcha en Andalucía han demostrado su inviabilidad y sus constantes problemas de gestión.

En el caso de Vélez-Málaga, el servicio se ha paralizado tras ponerse en marcha. El primer año se cumplieron las expectativas de viajeros, pero a partir de ahí fueron cayendo, también los ingresos y por lo tanto la posibilidad de seguir adelante. El coste anual para el Ayuntamiento ya era de más de un millón de euros.

Y ahora en busca de rentabilidad se ha decidido alquilar los vehículos a Australia de forma que se ahorren el coste de mantenimiento de los vagones y se saque de paso una cuota anual aparte.

En Jaén ni siquiera ha arrancado. Todo está listo y a la vez paralizado. Tampoco existe fecha e incluso la Junta se plantea esperar a un cambio de Gobierno para intentar llegar a un acuerdo con el Consistorio, que ha presentado un informe sobre las pérdidas que acarrearía a las arcas municipales, y dar el servicio a partir de 2015. Por eso el PP de Cádiz duda y pide que se diga cuánto costará el billete y si es viable.