el apunte

El retraso tradicional

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Una tras otra, van cayendo las excusas y las zancadillas. En cada reunión aparece una justificación nueva que viene a significar lo mismo, que el proyecto no arranca. El Museo del Carnaval se ha convertido en una especie de quimera que nadie considera posible por la pasividad de la Junta de Andalucía, una administración que se presentaba como presunta valedora de la iniciativa y que, al cabo, casi se convierte en su enterradora. El Ayuntamiento de Cádiz hace muchos meses que se hartó de esperar. Tras ver cómo la operación de cesión del suelo del Corralón (con el traslado académico que supuso) terminaba en nada, ayer dio otro golpe en la mesa para asegurar que se ha cansado de largas cambiadas. La Junta de Andalucía no está ni estará y esperar su concurso es una considerable pérdida de tiempo. El gobierno local gaditano, con buen criterio, está dispuesto a dar por muerta la fundación que iba a crear este centro y reiniciar el proyecto de museo en solitario. Lo hará en el lugar que considere, con los contenidos que acuerde, de la forma y en las fechas que crea mejor porque lo hará en solitario. No será un acto de soberbia. Bien al contrario, será fruto del abandono autonómico de la idea. Aunque no de palabra, la Junta de Andalucía ha renunciado de obra a esta idea.

El cambio supondrá otro retraso, el enésimo, y la reconfiguración de todos los pasos a dar. Años esperando para volver a la casilla de salida con la Alcaldía en solitario. Con su actitud, la administración regional ha conseguido volver a obstaculizar el necesario espacio para la primera fiesta de la ciudad. Resulta inconcebible que la gran tradición de los gaditanos, llena de historia, recuerdos y objetos coleccionables, carezca de un lugar en el que mostrarse. Pero es fácil saber quién es responsable.