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La piel y el oso

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La inversión proyectada por un consorcio empresarial gallego en los antiguos terrenos de Visteon, en El Puerto, está en el aire y su desenlace, ligado al futuro político del alcalde de la localidad, el popular Enrique Moresco. La puesta en marcha de un complejo industrial para la fabricación de autobuses eléctricos se anunció en noviembre del año pasado sin tener atados todos los detalles, pero el afán por dar una buena noticia en una zona tan castigada por el paro llevó a Moresco a vender la piel del oso antes de cazarlo. Lógico. No se le puede reprochar al alcalde su buena fe, su disposición, por atraer inversiones al municipio; sin embargo, estos movimientos unipersonales no gustan en el seno del PP, un partido tan hermético y celoso de sus acciones, cuya dirección provincial calcula hasta la última palabra antes de mover ficha. Los empresarios gallegos mostraron desde el minuto uno sus reticencias a explotar de golpe un suelo que supera los 200.000 metros cuadrados y pusieron algunas condiciones para desembarcar en El Puerto. La primera y principal era la propiedad de los terrenos, aunque el concurso abierto por el Ayuntamiento solo ha reconocido la cesión temporal. «Cómo vamos a montar un complejo de factorías para la automoción en un suelo que ni siquiera es nuestro». Los gallegos no están por la fórmula de la concesión administrativa del terreno, sino por su compra. De esta forma, la inversión sería para ellos más rentable, algo que el consistorio no comparte. Los promotores presentaron su oferta al concurso público convocado por el Ayuntamiento en marzo, pero el expediente era muy similar al examen que entregan algunos alumnos cuando han estudiado con desinterés la asignatura. Las bases del concurso no convencieron a los gallegos y así lo hicieron constar en su propuesta, que no llegó a superar el primer filtro de la mesa de contratación. El concurso quedó desierto y, con ello, en entredicho la gestión del alcalde. Cabe preguntarse en estos momentos si los empresarios van de farol o han lanzado un órdago al Ayuntamiento portuense para modificar las condiciones. El consorcio asegura que sus intenciones de invertir siguen en pie, pero ya no tienen tan claro que sean en los terrenos de Visteon. «Hay sitios en Andalucía donde nos regalan el terreno», una afirmación contundente y, a la vez, desconcertante que pone de manifiesto que la inversión pende de un hilo. La reacción inmediata de Moresco ha sido la puesta en marcha de un plan B para arreglar el desaguisado y una de las novedades que introducirá el futuro texto del concurso será la segregación de la parcela, es decir, la adjudicación del suelo por porciones para su explotación industrial, como El Caserío. Esta fórmula levantaría el interés de un mayor número de inversores, ya que el volumen de suelo se reduce, sin embargo, no incluye su venta. Los gallegos, como buenos gallegos, siguen jugando, mientras tanto, el alcalde busca las mejores cartas para ganar esta complicada partida.