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Churras y merinas

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Las matemáticas nos han enseñado desde muy pequeños a aplicar el razonamiento lógico para solventar los problemas. No es compatible mezclar en un mismo conjunto manzanas con limones para sumar ambos elementos. Se trata de una lección básica que aprendemos nada más entrar en el colegio. Este principio tan elemental de la deducción contable parece que no la entendió en su momento la consejera de Presidencia, a la sazón, vicepresidenta de la Consorcio de Las Aletas, Susana Díaz, que ha tratado de mezclar el conflicto de Delphi con el desarrollo del proyecto industrial del polígono de Las Aletas. La Junta, en un alarde de singularidad, pretende ahora vincular la solución de los terrenos de Delphi al desarrollo del futuro parque empresarial. Díaz plantea que el Consorcio de Las Aletas adquiera el suelo que ocupa la antigua factoría de Delphi, en Puerto Real. La solución matemática que plantea el Gobierno regional no sería tan descabellada si no fuera porque ambos conceptos son tan incompatibles como la suma de limones y manzanas. Es como mezclar churras con merinas. Se trata de dos tipos de ovejas que parecen idénticas en el rebaño pero no tiene nada que ver la una con la otra por separado. La primera es de origen castellano-leonés, rica en carne y leche, mientras que la segunda, de origen andaluz, ofrece una lana excelente. La trashumancia las mezcló, pero son dos variedades imposibles de sumar. La consejera se ha hecho un lío con los conjuntos matemáticos y las ovejas a la hora de buscar soluciones tanto a los 600 extrabajadores de Delphi que aún siguen sin recolocar como a la puesta en marcha del polígono de Las Aletas. El único denominador común entre ambos casos es, precisamente, la Junta. La Administración regional se comprometió por escrito en julio de 2007 a solucionar el terremoto laboral que provocó el cierre de Delphi. Para ello anunció inversiones en la Bahía y el compromiso de apoyar a los afectados con una formación remunerada hasta su recolocación. La Junta no ha cumplido ninguna de estas promesas. El terreno de la factoría se encuentra inmerso en un proceso concursal y es la garantía de pago a los proveedores que dejó tirados el cierre de Delphi.

Al otro lado se encuentra el proyecto de parque industrial de Las Aletas, que lleva más de diez años de gestión y todavía sigue en la vía muerta. La Junta no ha sido capaz en este tiempo de sacar adelante un proyecto, clave para el desarrollo económico de la provincia. Los contratiempos con las expropiaciones y la vulneración de la Ley de Costas han dado al traste con la puesta en marcha del tercer parque tecnológico e industrial de Andalucía. En este contexto, la consejera Susana Díaz ha planteado una solución descabellada, que echa el balón fuera y lo embarca en otro tejado. Susana Díaz propone que el Consorcio de Las Aletas, en el que también se encuentra representado el Gobierno de la Nación, compre los terrenos de Delphi. De esta forma, el suelo de la factoría quedaría en manos públicas y permitiría la implantación inmediata de los nuevos inversores que darían trabajo a los exDelphi. De otro lado, Las Aletas iniciarían un nuevo camino en la zona que no está afectada por la sentencia del Tribunal Supremo. Delphi y Las Aletas no tienen nada que ver y la consejera, con su propuesta, solo engorda la teoría de la confusión.