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Cádiz, capital iberoamericana

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Hace 200 años, y durante un breve periodo de tiempo, Cádiz fue la capital del mundo hispanoamericano. El Oratorio de San Felipe Neri se convirtió en la sede del Congreso en el que los diputados de ambos lados del Atlántico parlamentaban en español con acento andaluz, dominicano, castellano, peruano, gallego, quiteño, cántabro, guatemalteco, aragonés, mexicano o catalán. Y falta exactamente un mes para que nuestra ciudad se convierta de nuevo, aunque solo sea durante dos días, en la capital del mundo iberoamericano. El próximo día 16, con ocasión de la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, el Oratorio volverá a ser el escenario en el que se mezclen los riquísimos matices de esa lengua universal, vehículo de comunicación de 500 millones de personas, que es el español. Desde la primera Cumbre, celebrada en la Guadalajara mexicana allá por 1991, han pasado 21 años y, durante todo este periodo, solo en dos ocasiones España ha sido el escenario del encuentro, Madrid en 1992 y Salamanca en el año 2005. Por tercera vez, los Jefes de Estado de Iberoamérica se reúnen en nuestro país y lo hacen en la más americana de las ciudades españolas, Cádiz, teniendo como tema general de reflexión la relación renovada entre nuestros países en el bicentenario de la Constitución de Cádiz. Las Cumbres iberoamericanas han pasado, a lo largo de su ya larga trayectoria, por numerosos altibajos y vicisitudes por lo que es de esperar que esa reflexión, en el lugar en el que surgió la primera constitución liberal del mundo hispano en un momento extremadamente difícil, sea también trascendente para el futuro de la Comunidad Iberoamericana de Naciones y, especialmente, para nuestro país. Y esperamos que, también, trascendente para nuestra ciudad. Durante algunos días, los plenarios, los encuentros y las diversas sesiones de la Cumbre abrirán, con el nombre de Cádiz, los informativos de muchos lugares del planeta. Pero además, y desde estos momentos hasta que tenga lugar el evento central de la reunión de los Jefes de Estado, seremos el punto de destino de miles de personas, entre miembros de delegaciones, técnicos, periodistas o participantes en los distintos acontecimientos políticos, socioeconómicos o culturales relacionados con la Cumbre que, procedentes de numerosos países, deberán encontrar en Cádiz el lugar ideal para volver una y mil veces más, un lugar del que relatar la mejor de las experiencias cuando vuelvan a sus casas. Debemos aprovechar la ocasión para que Cádiz no se limite a ser la capital iberoamericana durante solo unos días sino para que la celebración del Doce signifique el inicio de una nueva singladura que nos lleve al mejor de los puertos.