bebés robados

«Si la jueza es madre, me comprenderá»

Declara en los juzgados una madre que denuncia el robo de su hija en una clínica de Cádiz

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María del Carmen Cortina, una de las madres gaditanas que denuncia el supuesto robo de bebés al nacer en Cádiz, declaró esta mañana en el juzgado de Instrucción Número 4 de Cádiz, que investiga su caso: la pérdida de una niña a la que dio a luz en el año 1972 en una clínica privada de la capital, y que supuestamente murio a las pocas horas de nacer. A María del Carmen Cortina, en cambio, le late lo contrario. "Mi corazón siempre me ha dicho que mi niña estaba viva", aseguraba ayer al terminar de hablar con la jueza, ante la que ha revelado sus sospechas: que a su hija se la robaron.

La toma de declaración ha sido bastante corta, de apenas unos 15 minutos, en los que María del Carmen ha contado su historia, sus sospechas y los detalles de aquel nacimiento que aún le hace sospechar que algo raro ocurrió. Como, por ejemplo, que el parte de defunción diga que la menor murió a las siete horas de nacer, cuando a ella se lo comunicaron a las dos horas de volver del paritorio, que no le dejaran ver el cuerpo de la pequeña, ni que le permitieran enterraro en un nicho en propiedad (acabó en una fosa común del cementerio de San José). Tampoco entiende por qué en el camposanto no aparece la niña en algunos registros, y allá donde aparece dice que fue un feto macerado (es decir, muerto en el útero), cuando nació con vida. "El papel del médico ponía una muerte por infarto respiratorio", aclaraba ayer María del Carmen, que salió del juzgado con un profundo sentimiento de "tristeza". Esperaba, al menos, algo de cercanía por parte de la administración de justicia: "Yo esperaba que estuviese... (calla) otra cosa, que estuviera arropada". "La jueza me preguntaba por qué creía que mi hija no murió, y decía que es normal que no dejen ver a los niños, que lo recomiendan los psicólogos; pues yo hubiera preferido verla muerta y quedarme tranquila", recordaba ayer, con indignación.

María del Carmen quiere que se llame a declarar a los médicos que la atendieron en la clínica, donde según ella, han desaparecido o destruido cuaquier papel sobre su paso y el nacimiento de sus hijos (tiene tres). También quiere que se exhume el cadáver de la niña que, según los registros, está enterrada en San José. "No quiero nada de los médicos; solo saber la verdad, saber qué pasó con mi hija, aunque tenga que pagar la exhumación yo, pero no quiero morirme con esta pena. Si la jueza es madre, me comprenderá", afirmaba ayer.